Los número atómicos 113, 115, 117 y 118 ahora son ocupados por cuatro elementos químicos superpesados encontrados por científicos en Japón, Rusia y Estados Unidos y reconocidos por la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC), organización que rige la nomenclatura química.
La última actualización de la tabla periódica se realizó en 2011 con la adición de los elementos 114 (Flerovium) y 116 (Livermorium), que fueron nombrados en honor a los laboratorios donde fueron sintetizados.
“La comunidad química está ansiosa por ver su más preciada tablafinalmente completa hasta la séptima fila” dijo en comunicado Jan Reedijk, presidente de IUPAC.
Estos elementos tenían nombres y símbolos temporales debido a que su existencia no había sido comprobada debido a que no se encuentran en la naturaleza y se descomponen en milisegundos, por lo que han debido ser creados por el hombre para identificar algunas de sus propiedades.
El elemento 113 es el primer descubrimiento adjudicado a Japón. Fue encontrado por el científico Kosuke Morita, de la Universidad de Kyushu en 2012, al bombardear con iones de zinc una capa delgada de bismuto.
Por su parte, los elementos 115, 117 y 118 fueron descubiertos por un equipo ruso-estadounidense de científicos del Joint Institute for Nuclear Research de Dubna (Rusia) y del Lawrence Livermore National Laboratory en California (Estados Unidos).
Estos últimos elementos se caracterizan por descomponerse en milisegundos, ser altamente pesados y radioactivos, por lo que hasta ahora no tienen usos a parte de los experimentales.
En los próximos meses deberán ser nombrados los nuevos elementos que por el momento se conocen como ununtrium, unumpentium, ununseptium y ununoctium.
Las nuevas denominaciones deberán relacionarse palabras mitológicas, minerales, países o científicos.