A Ernesto Mayz Vallenilla, In Memorian
Continuamos estos escritos elegíacos en memoria del filósofo Ernesto Mayz Vallenilla (1925- ), con una breve biografía de algunas de las ejecutorias de su vida, seleccionadas (por limitaciones de espacio) de la revista de la Sociedad Argentina de filosofía, en homenaje que aquélla sociedad de filósofos le rindiera en la edición especial N° 11 del año X de sus publicaciones del año 2001.
Nace en Maracaibo, el 3 de septiembre de 1925, y se doctora en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Venezuela (1956), luego realiza estudios post-doctorado en la Universidad de Müchen, Alemania (1960-1962), como discípulo de dos de los más grandes filósofos del siglo XX, fundadores de las escuelas de la fenomenología y el existencialismo: Edmund Husserl y Martin Heidegger. Como profesor titular de filosofía contemporánea en la UCV, a través de su formación rigurosa académica que continua en IDEA/USB, va publicando libros productos de sus investigaciones, algunos de ellos, como “El ocaso de la Universidad”, “Ratio technica”; “El problema de la Nada en Kant” y, particularmente, “Fundamentos de la meta-técnica”, son traducidos en por lo menos cinco idiomas, con repetidas ediciones, hasta la fecha.
La Ley de Universidades de Venezuela y la Constitución Nacional de 1999, llevan su impronta filosófica. Es cofundador, además de la Universidad Simón Bolívar, del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), del que fue profesor titular hasta su renuncia por la expropiación que hiciera el Gobierno de Hugo Chávez a los terrenos donde se desarrollaría el parque tecnológico, concebido por Mayz con el nombre de Tecnópolis, y en el que se instalarían varias empresas de alta tecnología internacional para imbricarlas a IDEA y la USB. También fue promotor del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (Conicit) del que fue miembro fundador y autoridad de su directorio. En reconocimiento de sus méritos, fue nombrado profesor titular de la Cátedra de la Unesco de Filosofía, desde 1996 hasta su retiro. Fue miembro honorario de la Academia de Ciencias de Buenos Aires; de la Société Européenne de Culture (Italia); de la Kantgesellschaft (Alemania) y de la Gottfried Wilhelm Leibniz Gesellschaft (Alemania); pero, su mayor orgullo fue el de conseguir que con nivel de doctor honoris causa, el Consejo Directivo de la USB le diese el título de Jardinero de la Universidad Simón Bolívar.
Recibió numerosos premios y honores de prestigiosas instituciones internacionales en los que desataca el de SAF por su trayectoria académica en pro del desarrollo de América Latina. El Athamdía es la virtud, que según su propia opinión, la que mayor cultivó en su vida, y que entiende por la impavidez, ausencia de temor o pavor en el alma. Lo que demostró en sus posturas políticas, por las que fue perseguido y sufrió exilio durante la dictadura de Pérez Jiménez o ataques en la cátedra universitaria por turbas fanáticas de la izquierda radical en Venezuela.
Mayz participó toda su vida del quehacer intelectual y político de Venezuela, y abrazó causas que en sus principios encontró justas. Quizás, como todo ser humano tuvo sus equivocaciones, pero supo reconocer sus errores y enmendarlos. En el balance de su vida queda ejemplarizante lo fecunda y original de su obra intelectual, académica y su ínclito, por lo reconocido, valor humano.