A Ernesto Mayz Vallenilla, In Memorian
¿Cómo despedir a uno de los más grandes pensadores latinoamericanos del siglo XX, que avizoró cuál sería el pensar del siglo XXI, y cuya obra, aunque sólo una parte, pero que él consideraba su más original creación, pudimos conocer directamente de su propia voz? Especialmente, cuando se trata de un filósofo que desde la orilla caribeña incursionó, de manera original, en los trabajos de los grandes pensadores del siglo XX, con obras tales “Ontología del conocimiento” y “Fenomenología del conocimiento”; pero, en particular con su celebrada tesis acerca de “El problema de la nada en Kant”. Pues de Kant se creía que nada nuevo pudiera decirse, después de dos siglos en que el llamado paradigma kantiano ocupó, por acción o reacción, la reflexión de los grandes filósofos occidentales, y del cual los razonadores del siglo XX querían liberarse: “que sólo conocemos nuestra experiencia y el mundo objetivo externo a nuestro pensamiento, como construcción de nuestras mentes”, y si hay o no conocimiento objetivo. Mayz propuso un salto cuantitativo de discontinuidad epistemológica, con la construcción de una metafísica generada por la evolución de la técnica y llamó meta-técnica. Pero, este es sólo uno de los problemas atacados de manera original por Mayz, y que hace imposible hacerle justicia si se intenta resumir en un pensamiento toda su obra. Menos, para quien no es filósofo, como quien esto escribe. Por lo que voy a recordarle en estas líneas elegíacas con mi experiencia de su trato personal, de tres lustros de comunicación constante, sobre algunas de sus ideas que tuvo la generosidad intelectual de compartir conmigo. Comenzaremos con una breve biografía como introducción (II); luego, con sus reflexiones sobre los fundamentos de la meta-técnica (III); seguido de su pensamiento sobre la Universidad (IV): penúltimo, sobre el pensar latinoamericano (V); y, de último, pensamientos diversos. Pero, antes, unas palabras debidas sobre el privilegio que es haber contado con su amistad.
Como todo profesor universitario venezolano de mitad del siglo XX, conocía quien era Ernesto Mayz Vallenilla, y de la novedosísima Universidad Simón Bolívar, que había concebido y construido como Rector, hasta convertirla en la más moderna de Venezuela, con alta calificación académica internacional: y, con el más hermoso campus del país, de cuyos jardines él se autocalificó primer jardinero. En esa Universidad, de sus manos recibí mi título de maestría en Ciencias de la Computación. Entonces, me dedicó un ejemplar de su búsqueda por una razón filosófica para la técnica, su obra “Ratio technica”. Que por los años siguientes fue una obra de recurrente lectura y reflexión para mis trabajos sobre la inteligencia artificial en la UCLA.
Cuando publiqué mi historia de la evolución de las ideas, desde los griegos al presente, en la búsqueda por un razonamiento mecánico, computacional, se la envié a Mayz, quien me invitó a dictar una conferencia sobre aquélla en el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA); donde hice amistad con los investigadores y se estimularon una serie de trabajos de investigación compartidos UCLA/IDEA, sobre la meta-técnica de Mayz.. Tales trabajos y otros temas de su pensar, fueron objeto de comunicación permanente con Mayz, durante década y media, algunos de los cuales trataré de reseñar en los próximos artículos, in memorian