Como abogado, profesor universitario y, fundamentalmente, como ciudadano siento profundo dolor por la escabrosa maniobra que se ha llevado a cabo en la Asamblea Nacional, para designar nada menos a quienes tienen como misión salvaguardar los intereses del pueblo venezolano.
Al hacer tal declaración el Dr. Alberto Arteaga, entrevistado telefónicamente por EL IMPULSO, deploró la forma utilizada por los diputados oficialistas, que violando la Constitución y la propia Ley Orgánica del Tribunal Supremo, escogieron a los trece nueve magistrados y sus suplentes.
Los integrantes del TSJ son los llamados a velar por los derechos de todos los ciudadanos, porque son los árbitros idóneos para dirimir las controversias que se suscitan en la comunidad, como instancia suprema.
Es por eso que la Constitución hace referencia a una serie de exigencias y requisitos que tienen que cumplirse: la honorabilidad acreditada, la trayectoria, lo profesional. No sólo basta con los conocimientos que deben tener para llegar a esa elevada magistratura, sino también la prueba y demostración de su capacidad.
Evidentemente, esta es una decisión que no le correspondía a esta Asamblea, porque ya había vencido su período.
Ya había terminado su mandato y, por supuesto, las sesiones ordinarias. Violó esta Asamblea los lapsos establecidos para realizar este procedimiento, haciendo caso omiso de algunas impugnaciones y dejando a un lado principios fundamentales como la transparencia, la objetividad, etc., que deben ser patentes en estas situaciones.
Sencillamente, pura y simplemente por intereses políticos se procedió a hacer estas designaciones, para garantizarse el control del TSJ.
Esta decisión, naturalmente, no puede ser recibida como un procedimiento legislativo, porque no lo fue.
El Dr. Arteaga, que tiene más de medio siglo como abogado, insistió en señalar la tristeza que siente como ciudadano.
El ciudadano reclama justicia, resaltó. El voto que se dio el 6 de diciembre, que fue mayoritario, fue, entre otros motivos, por la insatisfacción con el estado de cosas que estamos viviendo.
No sólo la gente está insatisfecha por la escasez de alimentos y medicinas, el apremio en lo económico que lo estamos padeciendo, la inseguridad, sino también se encuentra preocupada por la falta de justicia.
Los venezolanos nos sentimos traicionados cuando se lleva a cabo una maniobra como esta, desconociéndose el procedimiento regular que está claramente pautado en la Constitución y en la Ley Orgánica del TSJ.
Es repudiable un aparente revestimiento para un acto tan importante y trascendente como es la designación de trece magistrados del máximo tribunal de la República.
-¿La nueva Asamblea Nacional puede revertir esta decisión?
-Creo que hay elementos que pueden permitir alegar la nulidad de las designaciones. Esa podría ser una vía que lleve a examinar tanto los aspectos procesales como los requisitos establecidos por la Constitución y la Ley Orgánica del TSJ. De determinarse que no se cumplieron, podría ser revertidas estas designaciones.
La próxima Asamblea puede estudiar todo lo relacionado en torno a esta desesperada medida.
Ya hay un pronunciamiento de veinte Colegios de Abogados de Venezuela señalando que una decisión de esta naturaleza es antijurídica, turbia, inconveniente, contraria a la ética.
Igualmente ha habido pronunciamientos académicos, de las facultades de Derecho, de los decanos en el mismo sentido.
Para el Dr. Arteaga hay una toma de conciencia por parte de todos estos sectores, recogiendo lo que es muy importante: lo que la ciudadanía también expresa.
Justicia reclama la ciudadanía. El camino para que tengamos justicia no es solo que haya nuevas leyes, sino que tengamos profesionales que garanticen la imparcialidad, la objetividad, la transparencia.
Independientemente de que hayan postulados con méritos, pero el criterio que ha primado es la incondicionalidad con el régimen, con el oficialismo.