En la casa hogar Pequeño Cottolengo Don Orione celebraron esta Navidad con mucha alegría, paz y compromiso, con actividades propias de la fecha como la realización de hallacas, las cenas navideñas y la solidaridad de quienes no se olvidan de los más necesitados; llegaron con obsequios, ayudas monetarias, alimentos y los estrenos por parte de las personas que decidieron apadrinar a un joven tras la campaña que vienen realizando desde años “Regala una sonrisa en Navidad”.
El padre Teófilo Calvo, director de la casa hogar, dijo que durante el mes han tenido mucho movimiento de quienes aprovechan la festividad para ir a visitar a los jóvenes y aportar un granito de arena.
De los 109 muchachos especiales que se encuentran en el Cottolengo 20 pudieron pasar la época con familiares y amigos. “Eso siempre los llena de buenas energías y felicidad, a quienes se quedaron los mantuvimos en actividades”.
Dijo que como se esperaban las carencias se hicieron sentir debido a la situación económica del país que a afectados a todos por igual.
“No se vio la misma cantidad de obsequios, incluso antes ellos recibían estrenos completos y en esta oportunidad les dieron a algunos zapatos, a otros pantalones y así fuimos resolviendo. Igual sucede con la comida y los pañales, por eso no hemos dejado de hacer las campañas y jornadas para recaudar fondos”.
Para Calvo durante este año, al igual que en el 2014, las dificultades que más le generaron preocupación al personal fue la falta de medicamentos, especialmente de anticonvulsivos que es lo más requerido en algunas oportunidades han mantenido a los jóvenes sin medicación mientras que lo consiguen.
“Cada vez que leemos las noticias de la situación de los laboratorios nos preocupamos muchísimo”.
En los últimos meses han estado resolviendo de diferentes maneras.
La ayuda gubernamental es muy poca. Aunque el número de muchachos ha disminuido porque algunos han fallecido están tratando de no admitir nuevos casos por las dificultades que tienen y cada vez se les hace más cuesta arriba responder a los requerimientos del día a día, sin embargo tratan de evaluar detalladamente para no dejarlos sin apoyo.
Sobre las expectativas que tienen para el nuevo año señaló que tanto a el como a los 60 trabajadores de la casa hogar les preocupa de lo que pueda ser la economía para el 2016, tomando en cuenta la crisis por la que se viene atravesando con el desabastecimiento y los bajos precios de petróleo.
Sabe que será un proceso lento de recuperación, pero la esperanza se mantiene y confían en que la gente seguirá siendo solidaria.
Pide colaboración por parte de las instituciones para el acceso a los alimentos, ya que las compras que deben hacer para cubrir las tres comida de los 109 jóvenes y demás personal no pueden realizarla adquiriendo unidad por unidad, sino por bultos y cada vez se hace más difícil adquirirlos o se ven obligados a pagar grandes cantidades de dinero, a pesar de estar regulado el producto.
Para el padre Calvo afirmó que si en otros años han logrado salir adelante el que viene también lo harán, confiando siempre en la protección que Dios les ha dado y que los impulsa a seguir trabajando.