Un grupo de señoras se reúne al norte de Barquisimeto para crear cosas extraordinarias utilizando fibras naturales, con sus manos como protagonistas, una dedicación admirable y la entrega permanente que solo ellas saben darle a este bonito trabajo
Fue a finales del año 2011, cuando diez señoras del Sector el Cují en Barquisimeto, decidieron formar un grupo para compartir el oficio de trabajar con plantas secas, dándole vida a interesantes tejidos para reivindicar los materiales de la región y proyectar la labor local.
Es así como se conformó para aquel entonces el Colectivo de Artesanas de las Fibras Vegetales del Norte, coordinado por la Señora Pastora Rodríguez con el apoyo del Profesor Santi Goyo, quien colaboró en la conformación de este grupo y en la estructuración del proyecto que llevan a cabo, actualmente avalado por el Sistema Nacional de Cultura.
Hasta la fecha, Pastora y sus compañeras han visitado diversas comunidades larenses e, incluso, de otros estados del país, dictando talleres y exhibiendo los productos que con mucho cariño elaboran.
En este sentido, Chiquinquirá Araque, integrante del grupo de artesanas, comenta que ser parte de este oficio ha sido una experiencia estupenda, sorprendiéndole el agrado de las personas hacia las cosas que fabrican. Así mismo, añade que una de las más grandes satisfacciones es poder compartir lo que saben hacer con los más pequeños en instituciones educativas, de manera desinteresada y con la mejor de las disposiciones.
Por otro lado, con cada pieza que fabrican buscan incentivar el rescate de valores y las buenas costumbres, dignificando una actividad interesante, que con el pasar de los años se ha dejado de practicar, y que forma parte del acervo cultural venezolano.
Fibras maravillosas y creadoras
Adornos, lencería para el baño, accesorios para la cocina, sombreros, muñecas, cestas, nacimientos, recuerdos para diversas celebraciones y hasta muebles y lámparas, son algunas de las cosas que elaboran estas artesanas con hojas secas de vetiver, moriche, sisal, además de fibra dura y paja enea, dedicándole un tiempo considerable a cada una de sus creaciones.
El primer paso consiste en cortar las ramas secas de donde extraen las hojas, luego, se exponen al sol durante el día hasta el final de la tarde sin que lleven “sereno”, repitiendo este procedimiento durante una semana hasta que tengan la dureza que se requiere; finalmente, cuando se va a trabajar con el material, se sumerge en agua durante aproximadamente cinco minutos con el objeto de moldearlo y permitir el tejido que se hace completamente a mano.
Además de las fibras, utilizan otros materiales naturales como hojas de jojoto, conchas de naranja y semillas; así como también aquellos de tipo comercial entre los que destacan masa flexible, tela, wiki wiki, papel crepé y algunos detalles en madera, todo para decorar y embellecer aún más el trabajo final.
En la entidad larense, los productos de estas mujeres se han expuesto en el Museo de Barquisimeto, en la Feria de Tintorero y en diversos encuentros culturales.
Actualmente pueden conseguirse en la Red de Arte del Municipio Iribarren y en cada de una de las casas de estas soñadoras, lugares perfectos donde nacen las piezas ¡hechas con amor del bueno!
La consentida pero también olvidada
La primera fibra con la que trabajaron estas artesanas fue el sisal, definida por ellas mismas como “la madre y la más consentida de todas”, por ser típica del norte de Barquisimeto. Sin embargo, graves problemas ambientales como la explotación de los suelos y la contaminación ambiental en general, han puesto en riesgo los diferentes sembradíos de donde se extraen las ramas secas de esta planta.
Esta situación, nos hace reflexionar sobre la importancia de cuidar y proteger nuestras áreas naturales, ya que además de ser el reservorio de animales y plantas, juegan un papel fundamental en el mantenimiento de las costumbres y tradiciones, donde el trabajo del artesano tiene un lugar especial.
Información: 0416-6522312
