Esta semana se celebra una bonita tradición en todos los países que profesan la religión cristiana. Lamentablemente, como toda tradición, no pasa de allí. Surgen promesas de buenos propósitos y buenas intenciones, pero, en la práctica no sucede. Incluso, muchos profesos cristianos ni siquiera se pasean por la posibilidad de asumir un poco el carácter de nuestro recién nacido Salvador para perdonar aquel que le ofendió. Si no que exacerban el odio, el resentimiento y la venganza. Por cuanto se sienten mejores que los demás. Concluyen, que otros son basura, lacras, irrecuperables. Llevan ante el pesebre o al culto religioso al cual asisten, un corazón podrido, que solo ellos y Dios lo saben, lo ven y lo sienten. ¡Triste! Se olvidan de donde viene nuestro Señor Jesucristo y lo que hizo para la Salvación del pecador, los cuales somos todos.
Hoy, probablemente yo esté escribiendo para alguien que tiene ese odioso sentir para los demás. Siente que otros, porque cometieron errores no tiene perdón. Es posible que alguien se sienta muy mal por cuanto tiene un familiar que mal pone su apellido en la sociedad y que le causa vergüenza. Pues déjenme decirles, que Jesús también los tenía. Por ello, las genealogías en la Biblia no están allí para adorno biográfico. Sobre todo la genealogía de nuestro Señor Jesucristo. Están allí para enseñarnos lecciones espirituales extraordinarias.
Cuando revisamos el árbol genealógico de Jesús, encontramos personajes como Jacob el engañador, a Tamar la nuera de Judá, que se disfrazó de ramera engañó y se acostó con su suegro y quedó embarazada. David, el asesino, mentiroso y adúltero es parte de la genealogía de Jesús. Y a ello debemos agregar la prostituta Rahab. Si meditamos en esto, encontramos una interesante lista de “lacras”, como tal vez Ud. que se cree perfecto, cataloga a sus semejantes. Todos, están en la línea familiar de nuestro Señor Jesucristo y sin embargo, en nada afecta la misión y el objetivo de su existencia.
Esto nos indica claramente, que para todos hay esperanza de salvación cuando consideramos la genealogía inusual de Jesús. “Desde que Jesús vino a morar con nosotros, sabemos que Dios conoce nuestras pruebas y simpatiza con nuestros pesares. Cada hijo e hija de Adán puede comprender que nuestro Creador es el amigo de los pecadores. Porque en toda doctrina de gracia, toda promesa de gozo, todo acto de amor, toda atracción divina presentada en la vida del Salvador en la tierra, vemos a «Dios con nosotros» Libro. El Deseado de todas las Gentes. Elena de White.
La verdad es que Jesús no nació para esta fecha, pero esta tradición es propicia para todo aquel que se dice cristiano y celebra este acontecimiento, para que haga verdaderos cambios en su persona, en su carácter y pueda asumir la conducta que un seguidor de Cristo debe observar. Tener un espíritu de servicio sincero. Dar más amor, tener una firme disposición a perdonar, a ofrecer piedad y misericordia, sobre todo, por aquellos que sientes que te ofendieron. Si no es así, no se molesten en alabar el nombre de Dios, porque tal acto, será abominación a sus ojos. ¡Hasta el próximo martes Dios mediante!