Para las familias cuyas viviendas se encuentran en riesgo extremo en La Ribera y 13 de Abril, adyacentes a la avenida Uruguay, sus futuros seguían siendo inciertos hasta la tarde de este miércoles, pese a que desde la Gobernación y la Alcaldía de Iribarren anuncian planes para solucionarles sus problemas.
“Yo tengo 20 años aquí, desde que compré el terrenito por 45 bolívares, y ahora, después de invertir para tener una casita cómoda, tenemos que irnos para otra parte, pero no estamos dispuestos a irnos a un refugio”, expresó Norma de Giménez, vecina de La Ribera.
Aclara que no están pidiendo les regalen una casa pues están dispuestos a pagarla, siempre y cuandoi les den facilidades para hacerlo.
En la misma situación se encuentra Érika González, quien se estableció en La Ribera hace 14 años, y aún cuando su casa no se observa muy afectada, hasta ahora, siente mucho temor porque “en las noches crujen las paredes y parece como si se estuviera cayendo; uno tiene miedo de seguir aquí. Estoy recogiendo los coroticos a ver para dónde nos vamos”, enfatizó.
Como Norma de Giménez y Érika González hay otras amas de casa en La Ribera y 13 de Abril, esperando que el Gobierno Nacional y no sólo el regional y municipal se preocupen por la situación que están viviendo a raíz de los hundimientos que se han venido acrecentando desde el martes de la pasada semana.
Las cuatro viviendas declaradas por completo sin condiciones para ser habitadas ya han sido prácticamente desmanteladas por sus propietarios quienes siguen retirando vigas, ventanas, puertas y techos que podrían servirle en otro lugar hacia donde serían trasladados o reubicados.
“La Navidad para nosotros no será muy alegre, pero trataremos de pasarla lo mejor posible, con la familia, y con muchas precauciones”, afirmó Norma de Giménez.
