La verdad es, que al tema político siempre le he sacado el cuerpo en mis escritos. Por cuanto mi aspiración como cristiano que predica del amor, la piedad y la Salvación que viene de nuestro Señor Jesucristo son para toda la humanidad, sin distinción de personas, sexo, raza, nacionalidad, filiación política o religiosa. Y asumir una posición política visible, específica y radical me temo que el enemigo de la Salvación la utiliza para apartar a muchas personas cercanas de esa senda, que es el fin último de Dios para la criatura. Y nuestro norte también.
Por ello, hace mas de 15 años, cuando el país casi total decidió en unas votaciones elegir para presidente a un hombre con un planteamiento ideológico bien definido y plantar un gobierno hoy totalmente desgastado. Que generó posiciones encontradas en la ciudadanía y en la iglesia cristiana también, nuestra posición fue la misma que asumimos ahora. La que Dios en la Santas Escrituras enseña a la humanidad y a sus hijos. Para quienes le quieren obedecer. Para los que dicen ser sus seguidores y aman su venida. “Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría.
El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos”. Dan. 2: 20,21. Si el ser humano y el cristiano aceptara esto de corazón, si entendiera que Dios está al control de todo lo que sucede en este mundo. Y que todo lo que permite que suceda en torno nuestro, tiene un objetivo espiritual que va en paralelo a nuestra Salvación, su corta vida en este miserable planeta sería un remanso de paz.
Dios a través de su Palabra está allí para darnos esa paz. Dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Fil. 4: 6,7 Y esto es muy cierto. Quizás muchos hoy lo están experimentando. Si hiciéramos un esfuerzo mental espiritual para creer lo que Dios nos enseña en textos como este, el tema de la tranquilidad tendría un sentido muy poderoso en la vida de los cristianos, especialmente. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Rom. 8:28. Y si Dios lo dice, así es.
Hoy, como hace más de 15 años, manejamos los mismos criterios de Dios que son eternos. Y lo haremos hasta el momento que Dios nos lleve al sepulcro, por cuanto para eso nos llamó como predicadores de su Evangelio. Dijimos que Dios pone los gobernantes y tenemos que aceptarlos y orar por ellos. Si ellos frustran los anhelos de la ciudadanía y los motivos por los cuales Dios permitió gobernaran, entonces, igual tomará acciones en sus manos. Dijimos, que para el país aquel cambio era conveniente porque Dios lo permitió. Hoy, igualmente, este cambio tiene el mismo sello. Es “Una bocanada de oxígeno” para todo un país que sentía se estaba asfixiando. ¡Dios bendiga este país! ¡Dios bendiga a quienes todavía gobiernan! ¡Dios bendiga especialmente a quienes subirán a funciones legislativas! Y ¡Ojalá se rompa la cadena de frustraciones que elección tras elección cae sobre los venezolanos. ¡Hasta el próximo martes Dios mediante.
William Amaro Gutiérrez