Lara, como el resto del país se expresó este 6 de diciembre. Una participación que ha roto récords históricos para este tipo de elección. Siendo Venezuela un país con eminente tradición presidencialista por más de 200 años de historia republicana, ha llamado poderosamente la atención que en unos comicios parlamentarios hayamos tenido niveles de votantes similares a los de una elección presidencial. Dato este que da cuenta de la enorme valoración que se le da al voto como herramienta de participación política en Lara y en todo el país, especialmente en los últimos procesos con número de votantes por encima de la media nacional.
En 2010, En Lara votó el 67 por ciento de los empadronados, en 2015 ha votado el 78 por ciento. Y frente a tan altos niveles de participación cómo podemos explicar el resultado electoral de la entidad. Simple, utilizaremos la ecuación “Posemo” para describir politológicamente el fenómeno que ha caracterizado el resultado electoral. “Posemo” significa: polarización, sistema electoral y momento económico.
Polarización Los venezolanos hemos vivido más de tres lustros continuos bajo una incesante polarización. El chavismo utilizó este fenómeno político para obtener sendas victorias electorales en distintos ámbitos. Al no existir terceras o cuartas vías (alternativas políticas) el sentimiento mayoritario era aglutinado por ellos y por el polo contrario enmarcado en la oposición. Al ser el chavismo la primera fuerza política, la polarización actuaba como un catalizador del voto que impedía su deslizamiento y de esa manera, con una propuesta monolítica en el campo político, las victorias estaban aseguradas. Pero desde hace un año aproximadamente, la primera fuerza política dejó de ser el GPP para dar paso a la MUD. En todos los sondeos de opinión así se reflejaba esta nueva realidad que no fue interpretada cabalmente por el liderazgo chavista y este 6 de diciembre operó la polarización en favor de la alternativa opositora; al no existir terceras o cuartas vías posibles, con peso político, se facilitó una tendencia nacional y estadal en favor de la MUD. El circuito 3 consolidó una diferencia importante a favor de la oposición sin que las candidaturas independientes pudieran afectar esta tendencia. En el circuito 1 ocurrió el mismo fenómeno solo que con la particularidad que -socio-demográficamente- la oposición fue recuperando terreno paulatinamente hasta consolidarse gracias al apoyo de las otras variables del efecto “posemo”. En el circuito dos, más que la polarización, el momento económico fue el gran catalizador de los deslizamientos electorales.
Sistema electoral
Se ha dicho reiteradamente que el sistema electoral establecido para la elección de cuerpos colegiados en Venezuela a partir de 2009, es una perversión absoluta. Al ser un método cuasi mayoritario tiende a sobrerepresentar a la primera fuerza política del país y a distorsionar el peso poblacional que cada diputado electo debería representar. Cuando este sistema se diseñó en 2009, se hizo con la función primordial de favorecer a los intereses del chavismo que si bien es cierto había disminuido sus niveles de apoyo para la época seguía siendo la primera fuerza política del país. Tan efectivo fue el método que los resultados electorales del 2010 le dieron al chavismo el 48 por ciento de apoyo y sin embargo, logró obtener el 65 por ciento de los diputados. Hoy, al no ser el chavismo la primera fuerza política del país, el efecto generado por el sistema electoral favorece abiertamente a la MUD, por ser ésta, la primera fuerza política de la actualidad.
Momento económico
Por último, la panacea que terminó de influir el resultado electoral del 6D, ha sido la difícil situación económica del país. Prácticamente, el descontento ha sido transversal a todas las regiones geográficas del territorio nacional sin distingo de las circunscripciones establecidas por la Lope del 2009.
Este fenómeno, potenciado por una antena repetidora conformada por el sistema electoral y la polarización, se convirtió en la ecuación explicativa de lo ocurrido este 6D. Este efecto “posemo” revela una vez más, que cuando se obra con malicia para definir herramientas legales para la concreción del voto, éstas se revierten cuando la situaciónpaís es otra. Hemos tenido unos resultados que venían siendo proyectados por algunas empresas encuestadoras desde hace varios meses pero que no habían sido leídos con atención por los actores políticos. A modo personal, escribí en mi cuenta de twitter @polis360 hace un par de semanas una proyección aproximada del resultado nacional: 105-62, pero me quedé corto por el efecto “posemo”.