Con cuatro homicidios arrancó el primer mes de diciembre, entre las víctimas dos personas en el municipio Palavecino, un adolescente en la parroquia Juan de Villegas y un joven aún por identificar que fue conseguido sin vida en la avenida Los Abogados, al este de la ciudad.
Los dos primeros crímenes fueron los de: Humberto Pastor Oviedo Figueroa de 29 años de edad, quien se ganaba la vida como mototaxista y residía en San Jacinto, al norte de la ciudad, sus seres queridos no quisieron decir nada al respecto, solo que no sabían que hacía por esa zona.
Según información policial el Asentamiento Campesino La Mata, sector donde fue localizado sin vida Oviedo Figueroa, era territorio prohibido para él, pero fue al lugar y lo ejecutaron. Este crimen ocurrió a las 10 de la mañana del martes.
Media hora más tarde en plena Intercomunal Cabudare – Acarigua, fue asesinado Lewis Orangel Alvarado, de 34 años, momento en el cual comenzaba a subir sus enseres para mudarse del caserío El Jagüey, lugar donde residía con su pareja.
A las 7 de la noche les fue notificada a los funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) que en el sector 3 del barrio Los Libertadores fue asesinada una persona.
Los sabuesos acudieron al lugar se trataba de un adolescente de 16 años, a quien presuntamente unos sujetos agarraron cuando caminaba por el sector 2 del barrio La Paz, lo montaron en un carro amarillo y se lo llevaron a la fuerza hasta la cancha de Los Libertadores en donde lo ejecutaron.
Cabe destacar que dicho adolescente había sufrido un atentando días antes, cuando un amigo que estaba con él salió herido. Se dice que su crimen guarda relación con la muerte de Víctor Manuel Sánchez, de 19 años de edad, conocido como “El Charro”, joven que fue encontrado sin vida en la misma zona, pero sobre un cerro la primera quincena del mes de noviembre, a quien además de asesinar lo quemaron.
La segunda víctima fue ultimada en la avenida Los Abogados, específicamente en el callejón que se encuentra a un lado del liceo Mario Briceño Iragorry, a las 9:50 de la noche. El joven estaba sin identidad alguna, es de tez morena, de aproximadamente 1,75 centímetros, contextura gruesa, vestía mono blanco con rayas negras y franela blanca, estaba descalzo.
Hasta la tarde de ayer no le había llegado doliente alguno, su cuerpo permanece en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda.