Como cada domingo larense, la mañana de ayer, 2 de septiembre, la Sala Alternativa de la Fundación Juan Carmona del diario EL IMPULSO, se convirtió en punto de encuentro para el disfrute de las artes.
En esta ocasión abrió sus puertas al Ensamble de Jazz Simón Bolívar, para convertirse en el escenario inaugural de la séptima edición del esperado Festival Internación de Jazz, encuentro de melómanos que copó el referido espacio.
La mañana musical inició con las palabras de bienvenida de la directora de la Fundación Festival Internacional de Jazz en Barquisimeto, Zully Perdomo, quien además de agradecer la asistencia y el apoyo constante del público larense, comentó que no existe mejor espacio para celebrar la mañana inaugural de este Festival de Jazz. “Nos encontramos donde debe iniciar este festín en EL IMPULSO”.
Así arrancó el festival
De la mano del consagrado director de la Simón Bolívar Big Band Jazz, Andrés Briceño, quien se lució como ejecutante de la batería, subieron a escena tres jóvenes promesas de la música en Venezuela, miembros del Ensamble de Jazz Simón Bolívar, quienes en esta ocasión dieron muestra de que el jazz en este país cuenta con generación de relevo, señal de que el futuro del género se encuentra en muy buenas manos.
Se trata de Gabriel Chakarji, en el piano; Rubén Paiva en el contrabajo; y Carlos Peña, en la guitarra, noveles músicos que junto al consagrado baterista venezolano presentaron un repertorio de jazz contemporáneo que cautivó a los asistentes; piezas de ilustres figuras como Aaron Parkers y Roger Adams, entre otros.
El espectáculo de jazz inició con la presentación de la pieza Long ago and far away, maravilloso tema que precedió a la composición Moment’s notice de John Coltrane.
Desde el primer momento los músicos se apreciaron conectados espiritualmente con el género, que les sirvió para mostrarse como excelentes artistas, labradores de un hipnotismo que con sólo melodías captaron por completo la atención de los concurrentes.
El repertorio, descrito como abstracto, continuó con los temas Karma, Travelers e Isótopo, además de otros como Foot spring y Phrygia.
Una mañana de jazz libre que rompió con los esquemas convencionales del género, momento en el que los estilos y tiempos variaron sorpresivamente para entregar a los presentes una maravillosa gala musical.
Esta presentación es sólo una muestra de la formación integral de los músicos de la Simón Bolívar Big Band Jazz, puesto que estos jóvenes se unen como ensamble en la improvisación, para dar interpretación a un amplio repertorio de estándares de jazz, famosos en la escena nacional e internacional.
Como la primera de las 24 actividades que contempla la agenda, el Ensamble de Jazz Simón Bolívar, se lució en escena. Cada pieza fue cobijada entre aplausos y ovaciones de pie.
A juicio de los músicos el público barquisimetano es uno de los más exigentes, por lo cual dicen que estudiaron con cuidado el repertorio que presentaron.
Un encuentro con el jazz en el que cada ejecutante demostró manejo de improvisación y conocimiento armónico… un mar de emociones en el cual navegaron los músicos, junto a ellos el entusiasta público.
Voz e instrumento
A la escena fue invitada la artista Linda Briceño, hija del director del ensamble, quien recién llegada de México, presentó tres piezas, en las que no sólo ejecutó magistralmente la trompeta, sino que cantó sentidas letras, una de ellas promocional de su autoría.
La entusiasta y carismática joven de 23 años de edad acompañó a los músicos en los temas Autumn leaves, famoso en la versión de Cannonball Adderley y Miles Davis; Obsession de Dory Caimy; y Oportunidad de la misma Linda Briceño.
Junto a ellos el pequeño Andrés Briceño, de 10 años de edad, quien ejecutó sorprendentemente la misma batería que minutos antes había tomado su padre.
Fotos: Edickson Durán