El cuerpo de José Rafael Sosa Mujica, de 28 años de edad, quedó tendido ensangrentado a menos una cuadra del Ambulatorio de Cerro Gordo. Nada pudieron hacer los vecinos para salvarle la vida luego que, presuntamente, le dispararon para robarle su moto.
Eran las 5:30 de la mañana, no terminaba de aclarar cuando un amigo lo llamó para que lo trasladara hacia su trabajo. Sosa Mujica accedió, de vez en cuando aumentaba sus ingresos haciendo carreritas, y en el camino los atacaron.
La tía de la víctima fatal dijo que presume que el joven se resistió al robo y buscó acelerar, por lo que los delincuentes se ensañaron. El compañero resultó ileso.
Sosa Mujica reparaba motos en su casa, ubicada en el barrio Jacinto Lara, sector II.
Sus seres queridos lo describieron como una persona tranquila, sin problemas, por eso su muerte les resultó tan inesperada.
Vivía con su esposa y deja en orfandad a un niño.