La Red de Instituciones Larenses… ¡en acción! – El honor

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“Dichosísimo aquel que corriendo entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto.”

Simón Bolívar, El Libertador”

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Honor: “La cualidad moral que nos lleva al cumplimiento de nuestros deberes respecto del prójimo y de nosotros mismos.”
Es en el cumplimiento de nuestros deberes, donde deben comenzar los principios y valores que hacen indestructible a una sociedad. Para hacer realidad los sueños de libertad, democracia, bienestar social y la paz se tiene que comenzar en lo más profundo del hogar; en la mesa del comedor donde compartimos nuestros alimentos, y en las tertulias entre los integrantes de las familias y de los amigos más preciados.

La niñez temprana es el mejor comienzo para inculcar al futuro de la patria la necesidad del conocimiento, de la capacitación; del ejercicio del talento probo. Como humanos que somos, ese, es nuestro primer deber la formación integral que conlleve a la obtención de los medios para que, se logren cubrir las necesidades ejecutando el talento adquirido con probidad.

Es deber de todo ser humano salir de la pobreza mental con la cual nacemos y lograr la mayor riqueza conocida: “La capacitación, necesaria y suficiente, adquirida a través del conocimiento; cumplir con nuestras actividades, actos y circunstancias que implican las obligaciones morales y éticas, independientemente de nuestros orígenes etnia, edad o condiciones de vida. Todos estamos obligados a cumplir a modo de asegurar al resto de los ciudadanos la posibilidad de vivir en paz, dignidad y cubriendo las insuficiencias.
Es ineludible la defensa de la Academia, crisol de los profesionales que son el baluarte del país.

Los deberes son, entonces, uno de los puntos más importantes de todos los sistemas de leyes y de constituciones nacionales porque tienen que ver con lograr formas comunitarias y sociedades más equilibradas, en donde todos acceden del mismo modo a sus derechos, sin confundirlos con privilegios.”

Tenemos el derecho al esparcimiento, a ir a un cine, a un buen restaurante, a divertirnos en nuestras vacaciones pero, tenemos el deber de cancelar el costo que ello acarrea. Tenemos el derecho de poseer una vivienda pero, debemos tener la dignidad de pagarla.
La nación no puede, ni debe seguir destruyéndose económicamente, debemos tener la suficiente entereza de aceptar que todo tiene un costo y que alguien lo tiene que pagar. De la nada, nada puede salir, por tanto, si queremos tener una república verdaderamente fuerte, todos y cada uno de nosotros, tenemos el deber de colaborar con nuestro trabajo. La producción nacional es la fortaleza donde se cimienta la calidad de vida de los ciudadanos; se establece una cadena de bienestar que puede hacerse indetenible en la manera en que cumplamos con la parte que nos corresponde. Los países con mayor y mejor calidad de vida son aquellos que se han beneficiado con la producción interna y, no necesariamente ha sido con minerales e hidrocarburos; ni siquiera por la posesión de sus materias primas. Francia es famosa por sus vinos y champaña; Holanda por sus quesos y cuál mejor ejemplo que Japón, una pequeña isla donde su más grande capital es: “El capital humano que posee”.

En la Red nos hemos impuesto el deber de ser útiles a la sociedad aportando soluciones a los problemas, por lo tanto, hacemos el llamado a cumplir con el deber de ejercer, el 6D, el más grande derecho democrático… ¡El voto consciente!

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