“Aquí descansan los restos de un ser que poseyó belleza sin orgullo, fuerza sin altivez y valor sin crueldad, o, en otras palabras que fue poseedor de todas las virtudes humanas, no de sus vicios” (Lord Byron)
Las mascotas son esos seres que llegamos a querer como a los propios hijos, las que igual que los seres queridos duelen profundamente en el alma cuando se nos mueren. Ellos conocen nuestras necesidades, nuestras alegrías, nuestras tristezas, nos acompañan, nos aman, son fieles y nos cuidan hasta el final sin pedir nada a cambio. Hay casos en los que son víctimas de su propia abnegación.
El perro es el único animal que desde tiempos remotos sigue al hombre por toda la geografía del mundo. No solo es compañero de vida, lo es en el trabajo, en deportes como la caza, en la vigilancia, en la pobreza yen la riqueza, en la salud y en la enfermedad.
En los monumentos, templos antiguos y jeroglíficos egipcios este animal representa el símbolo de la vigilancia. Homero y Virgilio los señalan en sus obras enalteciendo sus nobles cualidades. Los perros pueden llegar a ser más humanos que el mismo hombre, que no duda en emplear su raciocinio para cometer las peores felonías y crueldades. La nobleza, humildad, compañía, entrega, amor y fidelidad son únicos en este cuadrúpedo al que difícilmente llegará el hombre siquiera a igualar en sus grandes y nobles virtudes.
Argos el perro de Ulises esperó veinte años el regreso de su amo. Al verlo venir, corrió para darle la bienvenida, pero fue tanta su emoción y alegría que cayó muerto a sus pies. Alejandro Magno tuvo gran amor a estos animales; al morir el más querido, hizo edificar en su honor una ciudad.
Se fue Tommy otro de mis más fieles amigos, compañero en mis caminatas mañaneras. El vacío que en mí ha dejado es muy grande y más duro lo es, cuando camino por esas calles por las que apenas hace unos días recorríamos contentos los dos, disfrutando de la brisa unas veces trotando, otras caminado. Solo me quedan de él sus cenizas guardadas en un saquito con un lazo azul, una tarjetica y un pensamiento cuyo autor es Marily Fernández(rescatadora y alimentadora de animales de la calle)que dice: “Cuando alguien a quien amaste se convierte en un recuerdo, el recuerdo se convierte en un tesoro”
Tommy no fue famoso como Snoopy, el Goofy de Disney ni Barry (osito), tampoco fue valiente como Rin TinTin, tuvo en cambio el apego, fidelidad y amor eterno de Argos el perro de Ulises. No fue fiero como el viejo Rocky de la familia, pero como él fue hermoso, fuerte, héroe en su silencio, vigilante a toda prueba, como él supo cargar sus dolores sin una queja, sin un lamento, hasta caer vencido por la fatalidad.
No fue conocido ni famoso para el mundo pero para mí fue el más famoso, el más lindo, el más amoroso, la compañía que solo se consigue en seres que como él son sin condición nobles amigos, seguros compañeros, hermanos e hijos hasta el final y más allá.Lo recordaré con la esperanza de encontrarlo un día allá en donde tal vez, haya arpas, bandoneones y violines que traduzcan de la armonía todas sus impresiones, sus matices y el alma en paz descanse sobre rimas, cantos y eternas melodías.
Sé feliz mi hermoso chico allá donde todos cabemos, como cabe un Hosanna en el azul de las alturas. ¡Corre Tommy corre! ¡Avanza y no te detengas! Arriba no hay enfermedades ni sufrimientos, solo paz y mucha alegría. ¡Sube Tommy sube! Vete feliz y no mires atrás…