La muerte de un joven de 16 años, abatido por una comisión del Conas en Las Tinajitas, municipio Jiménez, sigue generando polémica.
Presuntamente, sería quien se encargaba de llevar la comida a una dama de 20 años, mientras permaneció en cautiverio.
Ese hecho confirmaría la versión del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) sobre la implicación del joven en el secuestro de la hija de comerciantes quiboreños.
El muchacho murió en un presunto enfrentamiento ocurrido este sábado 7 de noviembre, durante la operación de rescate en Las Tinajitas, municipio Jiménez. La familia asegura su inocencia y catalogó el hecho como un “bestial asesinato”.
El rapto
Tres hombres ingresaron el sábado 31 de octubre a las 2:30 de la madrugada a una quinta ubicada en Primero de Mayo, municipio Jiménez.
El sector es popular, de alta peligrosidad, pero la casa pertenece a una familia pudiente. Los delincuentes los tenían fichados y en esa ocasión sustrajeron televisores, prendas de oro, dinero en efectivo y raptaron a la hija de los propietarios de la vivienda.
Al amanecer comenzaron las llamadas extorsivas. Una suma millonaría pedían los secuestradores por la liberación de la joven.
Los familiares no accedieron. Denunciaron ante el Conas e iniciaron las investigaciones. El caso se mantuvo resguardado, no hubo denuncia pública para no entorpecer la investigación.
Las llamadas eran esporádicas; los antisociales daban fe de vida pero se negaron a bajar el monto solicitado.
Versión oficial del procedimiento
Una fuente ligada a la operación de rescate aseguró que el sábado a las 5:30 de la tarde, una comisión de militares vestidos de civiles vigilaba el sector donde podrían estar los implicados.
Avistaron cuatro hombres en dos motos y los persiguieron. Dos huyeron pero los otros se estacionaron frente a una casa y entraron. Los militares los siguieron y presuntamente en la entrada de una habitación estaba el menor de 16 años esperando a los funcionarios para enfrentarlos, con un cuchillo casero.
El joven, aparentemente, quiso quitarle el arma al funcionario, con el cuchillo lo hirió en el rostro y forcejearon. Otro militar disparó para neutralizar al atacante pero el proyectil hirió en el pie a su compañero militar, luego efectuó otro disparo y esta vez sí hirió al adolescente, en la región pectoral izquierda.
En uno de los carros que cargaba la comisión, lo trasladaron al Seguro Social Pastor Oropeza pero falleció a su ingreso.
El organismo de seguridad está convencido de que el joven participó en el secuestro; investigaron el caso por ocho días antes de la actuación.
Aseguran que al menos otras cinco personas colaboraron en el delito y ya están identificadas.
Versión de los familiares
Yohan Ramos y Zulay Torres, padres del fallecido, quieren limpiar el nombre del adolescente y demostrar que los militares se confundieron.
“El procedimiento fue erróneo”, manifestaron ayer en las puertas de la morgue. Pocas horas después de ver morir a su hijo, Zulay relató otra versión de los hechos: Ella estaba en su casa con una sobrina menor de edad,su hijo de 8 años y el mayor de 16, quien instantes antes de que llegaran los funcionarios, se arreglaba porque pasearía con la novia.
Vio que un carro y una camioneta se estacionaron frente a su casa, de allí descendieron varios hombres, saltaron la cerca y entraron. Ella, al verlos venir, cerró el protector interno. “Señora abra la puerta”, le exigieron, pero hizo caso omiso.
Los efectivos violentaron el protector y entraron. Presuntamente preguntaron por Luis Bermúdez, los familiares dijeron que no era allí, que estaban equivocados pero ellos insistían. La señora corrió hacia afuera para pedir ayuda a sus familiares que viven en las casas vecinas.
“Estando afuera escuché el tiro. Cuando regresé vi como arrastraban a mi hijo para montarlo en un carro”, contó la madre.
En ese momento ella agarró un cuchillo y le propinó la cortada a uno de los funcionarios. “Yo usé un cuchillo para defender a mi hijo”, confesó Zulay Torres.
En el traslado hacia el hospital, el joven iba acompañado por la tía quien escuchó cuando uno de los militares habló por teléfono y dijo: Listo, la operación fue exitosa.
Parientes insisten en que se equivocaron. Luis Bermúdez es un joven, aparentemente mala conducta, que vive a una cuadra del lugar de los hechos.
El occiso terminó su bachillerato. Esperaba cumplir los 17 años para prepararse como efectivo del Cicpc. Sus vecinos están recogiendo firmas para avalar su buena conducta. Familiares denunciaron el caso en Fiscalía y agotarán todas las instancias hasta certificar que el hecho “fue un crimen”.