Pasión, responsabilidad e inspiración, son las palabras que llegan a su mente cuando piensa en el próximo instrumento musical que realizará; con el taller dispuesto para ello, materiales listos y dibujos iniciales corregidos, este luthier barquisimetano está preparado para concebir música
“Nació de una necesidad, yo estaba buscando un bajo con unas especificaciones que en el mercado no existía, y como no lo encontré, decidí elaborarlo yo mismo”, comenta entre risas Dany Anka Mahfoud, emprendedor venezolano de padres árabes que influenciado por su trabajo como músico y su gran espíritu creativo, comenzó a estudiar un día la luthería de manera autodidacta, para convertirse, desde hace 3 años, en hacedor de bajos y guitarras.
En este sentido, a pesar de ser un oficio “bien complejo” como el mismo Dany lo define, ha generado en él grandes satisfacciones, pues busca crear algo distinto, innovador y lejos de lo convencional, tomando en cuenta ciertas exigencias y requerimientos bastante particulares, asegurando así que “lo más sabroso de la cosa” es esa dinámica de sentarse a discutir con el cliente, descubrir qué es lo que quiere y finalmente entregarle justamente lo que se deseaba, lo cual asegura es su mayor recompensa.
Según Anka, para que un instrumento musical sea profesional debe ser elaborado con materiales de gran calidad; para ello, trabaja con productos comercializados en el país como la madera; pero también con algunos importados como puentes, clavijas, perillas, microfonías, amplificadores, potenciómetros, trastes, tornillos, cuerdas y diferentes tipos de pintura.
Así los hace…
Se inicia con el diseño del instrumento y la elaboración de los planos en programas computarizados, considerando las medidas que tendrá y su utilidad; lo cual será mostrado al cliente para su aprobación o cambios requeridos, procediendo luego a la compra de los materiales necesario. Después, se inicia el trabajo de fabricación que dura aproximadamente cinco meses.
Anka ve como ventaja el hecho de ser músico, pues ello le permite además, conocer lo que realmente debe tener cada cosa que elabora, para ser útil y de provecho.
Entre los que han confiado en su trabajo, se encuentran grupos musicales de la región, así como algunos otros de distintas ciudades del país y del mundo.
Por otro lado, su familia se muestra contenta por lo que hace, manifestándole lo feliz que se sienten de verlo rodeado de éxitos; al respecto expresa que “al principio mis papas veían la música como algo muy incierto, pero desde que comencé a trabajar con ello, y vieron los resultados, me han apoyado siempre.”.
En un futuro, este hombre talentoso aspira continuar elaborando instrumentos musicales, para recorrer cada rincón y exhibir lo que con mucho esmero realiza, porque como él mismo reitera, la calidad humana y profesional del venezolano emprendedor, es mucho más de lo que la gente piensa.
Carpintero musical
Este venezolano estudió música en una escuela de la ciudad en el año 2003, luego de varios años, fue alumno de Antonio Socas, destacado profesor en el área y guía en el camino que Dany ha ido construyendo. Actualmente, también se desempeña como técnico de guitarra y compositor de jazz fusión y funk, géneros que combinan soul, jazz y diversos ritmos latinos.
Anka asegura que desde hace algún tiempo ha notado una gran receptividad hacia su proyecto de emprendimiento, afirmando que “al venezolano le gusta apoyar lo suyo”, por lo que además nos contó que uno de sus clientes vendió su guitarra que era “finísima” para mandar a hacer una con él, “eso me llena de mucha alegría, porque reafirma el hecho de que estamos haciendo las cosas bien y con mucho cariño”.
“Elaborar bajos y guitarras ha sido una experiencia muy gratificante, nada más satisfactorio que crear algo por ti mismo”.
Información: Anka Custom Guitars & Basses (Facebook)
