La Construcción de Ciudadanía, una urgencia en estos tiempos, se denominó la charla llevada a cabo la noche de este jueves, a cargo del sociólogo Tulio Hernández, la cual tuvo lugar en la Sala de Adiestramiento del Diario EL IMPULSO.
Hernández explicó la importancia de educar a las personas para que se integren con lo urbano dentro de la ciudad.
Durante el evento, organizado por el Centro de Historia Larense, Amigos del Casco Histórico y la Red de Instituciones Larenses, Hernández comparó a la ciudad con lo urbano, precisando que la primera es lo real, es decir, lo construido arquitectónicamente, y lo segundo es una coreografía invisible movida por el transporte, las personas que se besan, el vendedor de flores.
El también profesor universitario y columnista del diario El Nacional, señaló que la construcción de una ciudadanía pasa por transformar su comportamiento anómico, una categoría de la sociología del siglo XIX que describe sociedades en las que se han perdido las normas, los ciudadanos no se identifican ni sienten que forman parte del Contrato Social y de las redes institucionales que definen su entorno.
Dijo que en Venezuela se expresa por ejemplo en las maneras de violar frecuentemente las normas del tránsito. Esta misma actitud anómica se observa en el escaso valor de la vida en manos de delincuentes o con el estímulo de acciones ilegales por parte del Estado cuando promueve invasiones de propiedades privadas y ello lleva a un desencanto colectivo.
Entre las causas de este mal destaca la ausencia de consenso entre los pobladores por la polarización manifiesta en la sociedad de este país, la carencia de educación ciudadana, ya que no se nace ciudadano, se aprende a serlo.
Otra razón es que en esta sociedad populista se le enseña a las personas que tienen derechos, pero no se les obliga a cumplir deberes.
Al caso se le agregan problemas de destructuración de las familias, vivir en urbanizaciones no planificadas ni organizadas y, básicamente, contar con un sistema educativo que se ha debilitado en el tema de la formación para la convivencia.
Determinó que las autoridades juegan un papel fundamental en estos cambios, y citó al exalcalde de Bogotá, Colombia, Antanas Mockus, quien desarrolló programas de cultura ciudadana y logró que las personas cumplieran las normas y a enseñar a otras que las acataran.
