El domingo pasado leí un artículo excelente firmado por el padre Jean Pierre Wyssenbach, s. j., en la hoja parroquial. Me pareció tan bueno que quiero compartirlo con mis amables lectores.
El texto dice: “Después que Santiago y Juan pidieron a Jesús los primeros puestos en su reino, Jesús, reuniendo a los 12 discípulos, les dijo: ‘Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen’”.
No es un problema de Venezuela. Es un problema mundial. Los gobiernos pretenden identificarse con los Estados exigiendo la sumisión de los súbditos.
En los reinos había súbditos; en las repúblicas hay ciudadanos. Nos espera una tarea mundial. Lograr que el mandatario no se entienda como el que manda, sino como el que hace los mandados; los mandados del pueblo.
Por eso Jesús añade: “Ustedes nada de eso: el que quiera ser grande, sea su servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavos de todos. Porque el hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.
Tenemos la doble tarea de la exigencia y la responsabilidad. En primer lugar, exigir a los funcionarios el cumplimiento de su tarea de asegurar al pueblo alimentación, salud, educación, trabajo, justicia y seguridad. Y en segundo lugar, la responsabilidad. No solo cumplir con nuestras obligaciones, sino también contribuir a la construcción de esa Venezuela fraterna y solidaria que Dios quiere para sus hijos.
Entre nuestros líderes políticos, uno encuentra muchos que tienen como su principal preocupación servir: servir a Venezuela, servir a un ideal, servir a los ciudadanos.
Lamentablemente, hay otros para quienes lo importante es lo que el papa Francisco ha llamado el “carrerismo”, es decir, la carrera personal. Para esos, la ambición no es servir sino servirse. Quieren ser concejales y luego alcaldes y luego gobernadores y luego presidentes de la República.
Nada más humano, por cierto, pero lo importante es no perder la perspectiva. Lo importante en política es la conciencia del servicio. El servicio al país, a los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables y a los ideales.
El país es más importante que cualquier grupo o partido político o carrera personal.
Hasta los apóstoles andaban calculando para ocupar los cargos más importantes y satisfacer las vanidades mas intrascendentes. Lo importante en política es: servir.
Seguiremos conversando.