El sector obrero y trabajador venezolano se ha quedado sin herramientas para luchar. A esperas de la discusión del contrato colectivo marco que beneficie a empleados públicos y sin libertades sindicales y gremiales que permitan abogar por los derechos de los trabajadores, se declaran organizaciones como la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV).
Héctor Contreras, coordinador de la comisión transitoria de la central obrera en Lara, refiere que como trabajadores cuentan en la teoría con herramientas propias del marco legal, como la contratación colectiva y diálogo tripartido, pero estos no se promueven ni respetan en Venezuela, lo que, en su opinión, sólo ocurre en “países dictatoriales.
Señaló que la situación de los trabajadores venezolanos es “insostenible”, puesto que “al gobierno se le ha salido de las manos el alto costo de la vida”.
A esto sumó que la inflación ha depreciado los salarios y por tanto, derechos laborales como la pensión de vejez y ahorros, además de los beneficios propios de las contrataciones colectivas.
El coordinador regional comentó que es necesario que el Gobierno nacional, trabaje en conjunto con el aparato productivo nacional y que potencie este, lo cual no ocurre. Calificó las medidas del ejecutivo como “inmediatistas” y “pañitos rojos de agua”, que no acaban con las colas y la escasez, por citar par de problemáticas.
“Lamentablemente el ciudadano es quien paga los platos rotos de la falta de medidas oportunas del gobierno… Nosotros cobramos en bolívares, pero implícitamente la economía venezolana se maneja en dólares”.
En opinión de Contreras, esto se debe entre varias razones a la dependencia del gobierno venezolano de la importación, producto del abandono del aparato productivo, que años atrás podía incluso autoabastecer algunos rubros del mercado nacional.
En tal sentido, indicó que en el sector construcción, de cual forma parte, no sólo sea aprecia una caída de la oferta de puestos de trabajo, sino también un abandono de los mismos, puesto que los sueldos devengados no son suficientes, razón por la cual deben dedicarse a actividades de tipo informal.
Calificó de paradójico que en un gobierno que se hace llamar “obrerista”, los trabajadores atraviesen una de sus peores etapas.
También víctimas de la violencia
Por su parte, Servando Carbone, coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), rechazó que además de sopesar las dificultades generadas por la inflación y el desabastecimiento, los venezolanos deban preocuparse por no ser víctimas de la inseguridad.
Manifestó que el gobierno también debe hacerse responsable por el acelerado auge de la delincuencia.
Asimismo, reprochó que “al pueblo trabajador no sólo le vacíen los bolsillos, sino que día a día le vacíen el alma” cada vez que él o los suyos son víctimas de los delincuentes.