Si el proyecto de Ley de Presupuesto 2016, presentado el pasado martes ante la Asamblea Nacional (AN), pretende atender la actual crisis económica, este deberá tomar en cuenta que los ingresos del país, por concepto de petróleo se han reducido casi a la mitad, por lo que en consecuencia, debiera someterse a igual proporción el gasto público estimado para dicho ejercicio.
Así lo expone Anibal Peña Javitt, economista y docente de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), quien refiere que de sincerarse el instrumento financiero, se deberá estimar un precio del barril de petróleo menor a $50, si se toma en cuenta la caída del mercado, que ya ha afectado el desempeño económico actual, que fue calculado con base en $60 por barril y el monto recibido es de las dos terceras partes de este.
“Debe haber un ajuste en el gasto público de 2016 y ello significa tomar importantes medidas de corrección, que son poco probable que se aborden, de continuar el actual modelo económico, lo que afectarían aún más a la población de escasos recursos”.
En opinión de Peña Javitt, sería entonces conveniente se contemple un aumento en el precio de la gasolina, a fin de que se extiendan los ingresos del Ejecutivo nacional. Detalló que por la actual subvención al combustible se han dejado de percibir cerca de $12 millones, que podrían formar parte de los ingresos ordinarios y que harían frente a los posibles problemas financieros que se puedan presentar en los estratos más golpeados por la actual coyuntura económica.
Agregó que el referido proyecto de Ley de Presupuesto Nacional para 2016, debe contemplar también las estimaciones de índices productivos de PDVSA, ya que de acuerdo a la Estatal Petrolera y multiplicado por el precio del barril de petróleo, se podrá conocer la cantidad de ingresos a obtener. Recordó que actualmente produce un número menor al registrado en 1998 y que es financiada a través de bonos emitidos por la empresa y pagados por el BCV.
A esto sumó que se debería contemplar un aumento en las tarifas de pago de los servicios públicos, así como una mejora en las compañías, a fin de evitar pérdidas técnicas que resten rentabilidad económica al país.
El economista agregó que es precisó que no se subestimen los ingresos en el presupuesto, ya que por esta vía continuará la aprobación de los créditos adicionales.
En opinión de Peña Javitt, a propósito de equilibrar el presupuesto, se podrán aumentar los ingresos de 2016, sólo a través de endeudamientos externos e internos.
Apoyo a los más desfavorecidos
El especialista sostiene que es preciso se apliquen los subsidios a los sectores más desfavorecidos, a través de estudios socieconómicos y no por medio de misiones o programas de este tipo, que asignen recursos de manera inadecuada. Aseguró que dicho método continuaría agudizando la crisis, porque se beneficia económicamente a ciudadanos jóvenes, sin trabajo productivo alguno.
Señaló entonces que esta sería una medida para reducir el gasto público. No obstante, el Gobierno nacional debe cuidar no perjudicar a quienes “justamente” reciben pensión por vejez.
En tal sentido, precisó que si se desea beneficiar a quienes actualmente gozan de misiones, dicho gasto debe representar una consecuencia productiva. De lo contrario, aumentaría el gasto público y el déficit fiscal.
La tributación no es la vía
Indicó que bajo la actual condición económica, de baja producción, sería complejo aumentar los ingresos por vía tributaria.
Asimismo, recordó que instituciones como la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal), proyectan una contracción del 10% del Producto Interno Bruto (PIB) y un índice inflación estimado del 160%.
El docente universitario acotó que con un aparato productivo en contracción, resultaría ilógico esperar mayores ingresos por la vía de la tributación, bien sea aplicados a personas naturales o jurídicas.
Si bien es cierto que a mitad de año se suelen registrar excesos a través de la recaudación por el Impuesto al Valor Agregado (IVA), estos excedentes son destinados al Fondo Independencia y Fondo Simón Bolívar, para ser manejados de manera discrecional, sumado a que se trata del resultado de una subestimación por parte del Ejecutivo nacional y de un efecto de todo proceso inflacionario.
Apuntó que este excedente no se debe a una mayor producción, sino que cada vez que aumentan de precio los de artículos y servicios, se amplía la recaudación.
Para que la inflación no suba
Según el economista, para que el índice inflacionario no aumente, se deben propiciar a través de presupuesto nacional inversiones de capital y productivas, más no de nóminas o para ingreso de personal en las instituciones públicas, por tanto aumento del gasto público.
Señaló que es necesario que se estimule también el crecimiento de la inversión pública, en conjunto con la inversión extranjera y la interna, a través de la reactivación del aparato productivo.
