A la sociedad no le debe resultar extraño que el oficialismo destaque la figura de Hugo Chávez, un presidente fallecido, a propósito de la campaña electoral de cara a las Parlamentarias. El discurso de Nicolás Maduro, el heredero, no logra impactar a las masas, opina el politólogo Germán Aponte.
La debilidad de Maduro no está sólo en el discurso si no en el accionar del Gobierno, el cual no presenta resultados favorables en ningún ámbito. El país tiene la inflación más alta del mundo, un déficit presupuestario producto de la merma petrolera, una moneda pulverizada, índices de pobreza mayores que en el 98, más de tres millones de venezolanos pobres y una canasta alimentaria que supera los 70 mil bolívares mensuales, declaró el analista político.
“El Gobierno recurre a la propaganda, en la cual la única fortaleza es la imagen del presidente fallecido y su supuesto legado. No podemos olvidar que se trata del mismo Gobierno”. Aponte sostiene que en este momento no es posible medir los resultados de dicha estrategia.
“El discurso oficial pasó de la llamada guerra económica al conflicto con Guyana, para luego trasladarse al conflicto fronterizo con Colombia. Al observar el Gobierno que estas maniobras discursivas para distraer a la gente de los problemas reales no causaron efecto positivo, recurren a la imagen de Chávez. Si eso tendrá un balance positivo o no, se apreciará los próximos meses”.
El docente universitario recuerda que la imagen de Chávez no ha dejado de estar presente en el discurso oficial.
“Explotar la imagen de Chávez ha sido una estrategia recurrente, como especie de un culto al líder. Hasta ahora el Gobierno no se ha desprendido de su ídolo. Dudo que esa exacerbación de hoy en día proporcione los resultados que ellos (Gobierno) esperan”.
Indicó que el principal objeto de la campaña del PSUV será la explotación de la imagen de Chávez, así como exacerbar el nacionalismo a través de posibles conflictos con Colombia, Guyana o cualquier otro enemigo externo.
Descontento
El politólogo Mario Perdigón coincide con Aponte al afirmar que la simbología del oficialismo sigue vinculada a la figura de Chávez.
“Sin duda, el Gobierno no se desprenderá de ese tema. Chávez, aunque fallecido, aparece mejor en la encuestas que Nicolás Maduro. En los sondeos de opinión Chávez tiene una imagen positiva”.
Maduro, en cambio, enfrenta una crisis económica. Los números no son favorables para el Gobierno.
“Ellos (Gobierno) saben que la primera opción de triunfo, de cara a las Parlamentarias, la tiene la Mesa de la Unidad Democrática. El PSUV por primera vez no lidera las encuestas”.
Perdigón, subraya que ante el uso de la imagen de Chávez de forma homogénea, la MUD debe apostarle a la unidad.
“Enaltecer la figura de Chávez les sirve para cohesionarse ellos en su propio segmento, más no en el de los nini y los opositores. Si hoy fueran las elecciones saben que están perdidos. No obstante, lo peor que puede hacer la MUD es subestimar a los candidatos oficialistas”.
La mayoría de los venezolanos se sienten afectados por los problemas de inseguridad y crisis económica.
“Hay un gran descontento que está derrotando la conexión que pudo haber tenido en algún momento el actual Gobierno con la gente”.
Falcón, el contrapeso
En Lara, la figura que le hace contrapeso a Chávez, es Henri Falcón, quien en las encuestas destaca por la solidez de su liderazgo, sostuvo Mario Perdigón.
“Si los candidatos de la MUD se posicionan a través de la tarjeta unitaria más el liderazgo de Falcón, sería una buena combinación para garantizar el triunfo que hoy se refleja en las encuestas”.
El PSUV, en materia de organización, siempre ha exhibido fortaleza. La MUD debe fortalecer su estructura organizativa en los barrios y campos, argumentó el especialista en marketing político.