La sociedad está cargada de malos presagios. Una plaga maligna pareciera haber tomado la conciencia ciudadana para intervenir la psiquis del venezolano e incubar la maldad como fórmula de activación política. Los malos principios y los malos valores son ahora los dogmas más preciados del proceso político en marcha. Vivir sin trabajar, apropiarse de lo ajeno y el crimen impune forman parte de la cotidianidad en un país plagado de liderazgos populistas que no van al fondo del asunto. Se desgarran las entrañas patrias en el denso sopor de la ineptitud y el saqueo generalizado. La ruina nacional se agudiza a la par del colapso de los servicios públicos y las colas que desnudan el hambre de un pueblo cuya triste realidad se hace insostenible. Solo dos opciones tenemos frente a nosotros. Continuar la farsa revolucionaria condenándonos a vivir esta miseria para que los jerarcas rojos continúen disfrutando los excesos y riquezas del poder, o revelarnos con el único instrumento de los pueblos libres para buscar el cambio: El voto…
No podemos continuar así. En las circunstancias actuales, resulta obvio el camino que está tomando el país frente al gran compromiso del 6 de diciembre. Los números son aterradores para el gobierno. Se preparan los excesos militares durante el proceso electoral para tratar de evitar lo inevitable. El cierre de las fronteras busca desesperadamente restringir la participación ciudadana en un cordón electoral donde serán barridos. Los juegos de guerra con Colombia y Guyana montan escenarios de distracción mediática. Arremeten, abusan, atropellan al pueblo y lo retan para alterar la paz popular y exacerbar los ánimos. Juegan al estallido social. Buscan el caos para abortar el proceso que saben perdido.
La irresponsabilidad del régimen toca límites inadmisibles desde el punto de vista histórico. Hipotecan las futuras generaciones endeudando al país con el único objetivo de mantener el poder. No resuelven nada. 17 años manipulando la ignorancia con slogans alusivos a la dignificación de la pobreza han sido suficientes para que el país abra los ojos. Ya basta. Esto se acabó. El 6 de diciembre comienza el largo camino de reinstitucionalización del Estado para restituir el obligante contrapeso de los poderes públicos. Para ello, necesitamos el detonante del voto popular masivo como elemento catalizador del proceso de reconstrucción nacional. En ese sentido, debemos convertirnos, desde ya, en verdaderos “bachaqueros” del voto. En todas partes, hablar sobre la necesidad de votar masivamente. Ubicar a los irresponsables que nunca votan y persuadirlos de su equivocada posición. Solo el voto masivo, evita el fraude…
Mis comentarios:
.- La atipicidad política larense se hace presente de nuevo por los predios de la Alcaldía de Iribarren…
.- El señor Natera, presidente del parlamento municipal, ya se siente alcalde…
.- Están tratando de destituir al alcalde Ramos, con subterfugios legales rojos al propio estilo revolucionario. Si no ganan, sabotean, y si no, arrebatan…
.- Primero le sabotean la gestión improbando la ordenanza de presupuesto 2015. Ahora, accionan legalmente para buscar la destitución…
.- El viernes, el alcalde Ramos recibió un contundente respaldo popular en la calle…
.- Ganen con votos, no con trampas politiqueras…
El hombre pobre que oprime a los débiles es como lluvia torrencial que deja sin pan…(proverbios 28:3)