DICTAMEN
Una de las frases más acertadas que se han dicho reza que “hay gente tan pobre que lo único que tiene es dinero”, en referencia al vacío espiritual que muchas veces deja la riqueza material. Esta frase le da a la riqueza una connotación distinta a la vulgar asociándola a la plenitud interior del ser, en vez de a la efímera satisfacción del tener. El dinero no lo es todo, al contrario, hace aún más evidente cualquier carencia espiritual que la persona tenga.
Pero, ¿Qué tiene que ver esta frase con el arañero de Sabaneta? Simple. Chávez ha sido presidente de Venezuela durante la bonanza petrolera más grande de la historia, lo que lo ha convertido en una de las personas más ricas del planeta durante la última década. Aunque teóricamente la plata del petróleo venezolano no es de Chávez, en la práctica no existe esa refinada distinción, mucho menos cuando se han creado fondos petroleros que represan más de la mitad del ingreso en partidas secretas que quedan a total discreción del presidente de la república. La “chequera de Chávez” es famosa en todo el mundo y le ha merecido “amigos” de todas las latitudes. A lo interno también la usa sin pena en beneficio de su partido, como si de verdad fuera de él el dinero de PDVSA.
Ahora bien, ¿Qué le ha dejado al país este largo gobierno que ha administrado esa fortuna petrolera? Además de la deuda externa e interna más grotesca, es muy poco lo que dejará en herencia el presidente saliente. Las carreteras y autopistas están destrozadas, lo puentes se están cayendo, los puertos y aeropuertos están colapsados, las cárceles sobrepobladas, las obras paralizadas, los hospitales abandonados, las universidades quebradas y los servicios públicos en su peor momento. En vez de cumplir con su deber constitucional de garantizar seguridad ciudadana este gobierno ha preferido vender arepas. El resultado final es un país con la inflación más alta del continente y la mayor tasa de homicidios.
Y es que repartir dinero no es lo mismo que gobernar. Ciertamente en lo personal hay familias que han mejorado su situación económica en estos años de bonanza, pero el país está destruido por la ausencia de políticas públicas. No hay misión que pague el precio de vivir en un país donde la caída de un puente, la crecida de un río, el apagón de horas de toda una ciudad, la masacre en una cárcel y la explosión en una refinería, sean noticias paralelas que forman ya parte de la cotidianidad, amén de la ya familiar cifra de homicidios. Para acabar con esos problemas el dinero no es suficiente, se requiere también responsabilidad, voluntad política y capacidad gerencial; cosas que no son muy comunes entre la oligarquía militar que nos gobierna.
Cuando Chávez decidió ir a Cumanacoa para atender la situación de damnificados por la crecida del río Manzanare, llegó ofreciendo fondos de dinero para indemnizar a los afectados, hasta que fue interrumpido por la misma comunidad para pedirle que por favor arreglara los puentes. Esta escena revela la cruda realidad de un gobierno que sustituye la gestión por el cómodo proselitismo de repartir plata. Su única preocupación es tapar a punta de realazo su responsabilidad y la negligencia de su gobierno que lo ha centralizado todo para no resolver nada. Los puentes del país y la vialidad toda requieren mantenimiento y eso solo lo puede hacer el gobierno central. ¿Para cuando lo va a dejar? Igualmente en Amuay llegó (tarde) ofreciendo plata mientras descartaba de antemano cualquier tesis de negligencia que comprometa a su gobierno. Es un hecho que Pdvsa hoy está secuestrada inconstitucionalmente por un partido político y desde su presidente para abajo están distraídos con la actividad partidista. Por ahí debe comenzar cualquier investigación.
Claro que el dinero que no se usa para mantenimiento y prevención, es muy útil a la hora de hacer propaganda para explotar el dolor de la gente. Todavía el fuego en Amuay no se había extinguido cuando vimos en cadena nacional una cuña electorera de Chávez “atendiendo” las tragedias de Paraguaná y Cumanacoa. La propaganda con musiquita, que además es violatoria del propio decreto de duelo nacional, también sirvió para tapar el hecho de que Chávez estuvo desaparecido durante los primeros dos días de la tragedia en Falcón. Llegó tarde pero terminó siendo el “héroe” gracias a la producción cinematográfica que solo el dinero puede comprar.
No hay duda que este gobierno es tan pobre que lo único que tiene es dinero. Chávez lo que puede ofrecer es plata y la seguirá repartiendo discrecionalmente, pero no le pidan que arregle los problemas ni que gobierne. El país se seguirá cayendo, paradójicamente, en medio de su mayor bonanza petrolera. A menos que lo impidamos este 7 de octubre, y lo rescatemos. Este show no puede continuar.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
Twitter: @chatoguedez