Para recordar: “… que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto razonable” (Romanos 12:1).
El 4 de septiembre del año en curso salió publicado en la Gaceta oficial Nº 40.739, la norma que señala cuales son los alimentos que no se podrán vender en las cantinas escolares dentro de las instituciones educativas.
Tomamos de la página Aporrea (09/09/15) lo siguiente: “El Ministerio del Poder Popular para la Educación prohíbe: “La venta de bebidas energizantes, refrescos, café, té; cubitos y sazonadores; el uso excesivo de aceite y su reutilización; golosinas, chucherías, la comida llamada “chatarra”; salchichón, jamón, mortadela, productos enlatados como atún” y otros.
Estamos convencidos, que tal resolución va a favor del estudiantado, pero también pudiera ir en contra de los valientes expendedores de alimentos, debido a la situación que vive nuestro país (escasez, grandes colas para comprar y elevados precios los productos). Eso trae varios puntos positivos y negativos: 1) Que los concesionarios de las cantinas cumplan con la resolución. 2) Pudiera disminuir el número de cantinas escolares. 3) Que la población salga de la institución a comer fuera de la misma, en contra de su propio detrimento de salud y seguridad.
Aprovechamos la oportunidad para invitarles visitar nuestra página web, que referimos en cada artículo, gracias a este diario EL IMPULSO, y allí pueden encontrar diferentes recetas de cocina común, vegetarianas y jugos fáciles de hacer.
Por todo lo anterior, hubiese sido importante que el personal del Ministerio en cuestión, antes de tal resolución pudieran: 1) Haber orientado con diferentes menús a los expendedores de alimentos escolares de acuerdo a la situación de escasez planteada. 2) Realizar un plan de abastecimiento para dichas cantinas. 3) Por lo costoso de los productos, tratar de cuidar “el bolsillo” del consumidor, como el del prestador del servicio.
Esta experiencia ya la habíamos vivido. Hace aproximadamente diez años, para el 2004, cuando el profesor Nicolás Valva Domínguez, siendo el director de la UEN Dr. Pastor Oropeza, solicitó a la profesora Gregoria García Rivas y a quien escribe, realizar un estudio sobre la cantina de nuestra institución y el informe le fue entregado en el año 2.005.
Allí participaron: Alumnos del plantel, personal de la institución, especialmente el señor Rafael (Chile) Martínez, quien era el concesionario de la misma. Donde se revisó este expendio de comida y se tomó en cuenta: La salubridad, variedad de alimentos, calidad, precios, buena atención al público entre otros factores.
Relativamente el señor “Chile” salió bien “parado” en la prestación del servicio y hasta se destacó por su colaboración para con la institución. No obstante, el estudio generó conclusiones y recomendaciones: 1) Se demostró que un grupo considerable no comían en la cantina, lo hacían en su casa o en la “calle”, hasta en detrimento del prestador del servicio (bien por precios, variedad, o alimentos que no se podían vender en dicha cantina). 2) Los encuestados solicitaron que se incluyera las llamadas comidas vegetarianas, alimentos horneados y menos frituras.
El estudio mostró otros aspectos interesantes y con la ayuda de Dios, los revelaremos en la siguiente entrega.
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