En domingo de misa, visitas familiares y salidas con los hijos, los barquisimetanos deben sortear obstáculos de basura al caminar por las calles. Montones de porquería pestilente que modifican cualquier visión que la persona pueda tener de un día de disfrute en la ciudad.
En un recorrido que realizó el equipo reporteril de este diario por ciertas zonas de la ciudad, fue posible apreciar cómo en algunas esquinas permanecían hasta tres cúmulos de basura, merodeada por perros, que sin pudor destrozaban las bolsas al olfatearlas.
Como se aprecia en la carrera 24, desde la calle 42 hasta la 52, un camino de basura y numerosos perros callejeros.
Al consultarles a los habitantes sobre la situación, las opiniones eran encontradas. Mientras algunos, como Juan Capilla señalaban que la crisis de basura era culpa de la misma comunidad, que sacaba esta a la calle luego de que hiciera el recorrido el camión del aseo, otros habitantes de la zona, como María Emilia Martín, señalaron que el camión muchas veces no cumple con los días que supuestamente le corresponde pasar, por lo cual no saben qué hacer con los deshechos.
“A veces pasan hasta cuatro días o más sin venir y yo no sé qué hacer con la basura, debo sacarla, porque le salen gusanos y es peor. Tengo niños pequeños en la casa y eso es un peligro”.
Ambos ciudadanos coinciden en describir la zona como punto de contaminación.
No sólo se trata de los desechos de las casas de familia, sino también de los restaurantes y comercios de la zona, el Terminal Terrestre de Barquisimeto y los mendigos del lugar.
A esto se suma que en algunas de las casas de la franja habitan hasta seis familias, lo que genera hacinamiento en ciertos espacios y, por tanto, mayor generación de basura.
Temen porque ocurra una crisis sanitaria.
La situación se repite en zonas aledañas y diversos puntos de la ciudad.