Si los miembros del cogollo rojo creen – de corazón – en la “guerra económica” sólo merecen ser calificados como imbéciles. Pero si no creen y la usan para excusar sus fracasos, entonces están convencidos que los imbéciles somos los demás. O sea, digámoslo con Er Conde: “no solo nos ven cara de pendejos, sino que están convencidos de que lo somos”.
Lo cierto es que tanto si creen en su “guerra económica” o nos toman por pendejos, todo sale de las salas situacionales que trabajan las 24 horas del día los 365 días del año. Solo eso explica el calichoso discurso que repite cada uno de los voceros del régimen. Ninguno se sale del guión. Desde el alcalde psuveco de Urdaneta hasta el más encumbrado oligarca rojo, todos son unos loros machacando siempre sobre el mismo tema.
Cuando se refieren a la “guerra económica” lo hacen con ínfulas de Albert Einstein explicando la ley de la relatividad o de Isaac Newton hablando de la ley de la gravedad. Dos verdades científicas que no admiten discusión. Pues, a eso apunta la cúpula roja. Ellos aspiran que creamos que la “guerra económica” ha sido urdida por los enemigos de la revolución: los empresarios en connivencia con la derecha maltrecha, y con los mas torvos intereses del imperio norteamericano y del eje Madrid-Miami-Bogotá, a través del comando Sur, del Pentágono y bla bla bla…
La paranoia Psuveca ve conspiración hasta en la sopa. La leen en las estrellas, la anuncian el vuelo y el canto de los pájaros, la ven en los tabacos de los cientos de babalaos que le hacen sus “trabajos”. También las cartas del Tarot se lo revelan en cada aquelarre con las brujas, arúspices o nigromantes, de los tantos que los rodean para cubrir los misteriosos flancos de su superstición, donde se sumerge esta secta de idólatras y animistas, que practican el espiritismo y el ocultismo en pleno siglo XXI.
Estamos en el año 17 de la “revolución”. En este tiempo, han dilapidado billones de dólares, han silenciado a los medios independientes, que junto a los sectores democráticos, han sido injuriados, difamados, perseguidos, apresados, hostigados, silenciados. Acabaron con la producción nacional. Pdvsa es una ruina convertida en la cuenta corriente de la rapacería y el latrocinio Madurocabellista. Las empresas básicas son cascarones vacíos con nóminas sextuplicadas y militares en los puestos directivos, que desbordan ignorancia y usan sus armas para darle el tiro de gracia a los despojos que quedan de aquel proyecto de la democracia, que convirtió en bienestar riquezas naturales como el hierro, y obtuvo energía de la fuerza de nuestros grandes ríos.
Destruyeron lo que encontraron con los tanques de su incompetencia y hablan de “guerra económica”. La economía es un desastre con la inflación más alta del mundo, las reservas internacionales están en la carraplana, y con el petróleo a 38 dólares no hay para importar los alimentos.
Insisten: Las colas para intentar conseguir algo de comida u otros productos son consecuencia de la “guerra económica”. Unos supuestos guerreros buscan a la gente y la colocan en fila india frente a los comercios, para afear la hermosa cara de la generosa “revolución” que ya, por cierto, no llaman bonita.
Podemos predecir pues, que con esta “guerra económica” Maduro irá con sus “bates quebraos”, encabezados por Diosdado, a las elecciones del 6D. Ese día histórico, abajo y a la izquierda, los esperamos.