Debe decirse, sin embargo, que en otras regiones del país o fuera de él, se dan estas condiciones, señaladas por Cortés, sin que en los terrenos donde eso es posible crezca el agave cocuy o si crece es improductivo para la destilación del cocuy de ágave.
Existe pues, como se verá, otro factor que sólo se da en la región cocuyera de Lara y Falcón sin cuya intervención no se produciría el ágave cocuy perfecto para la óptima destilación.
Como puede verificarse fácilmente el semiárido noroccidental es apenas un porcentaje pequeño del territorio larense-falconiano, situada la mayor cantidad de esos terrenos en el Estado Lara.
Así mismo podría ser comprobado que la condición semi-árida de esta pequeña porción territorial es producto de la salinización que los vientos provenientes del mar ejercen sobre ellas desde épocas milenarias.
Desde el siglo XVI están registrados estos vientos que serían los creadores del semiárido larense:
“El viento ordinario que corre en esta Comarca es un viento que viene del Oriente, que acá se llama brisa, y este viento se tiene por sano y dura hasta octubre. Y de este mes en adelante, se va mudando (por el viento) norte, y este norte dura hasta abril”. (Relación Geográfica de Nueva Segovia 1579, cap. III, ANH, 1964)
En zonas donde no se dan todas las condiciones señaladas por Cortés y mucho menos este proceso de salinización de los terrenos la planta no ofrece, o no da, los rendimientos requeridos y hasta se desecha como materia primera para la destilación.
En otra acertada idea Santos Rodulfo Cortés sugiere que no siempre la planta de ágave encuentra en el terreno donde crece la salinidad suficiente para su desarrollo, floración y madurez y entonces complementa las dosis que necesita tomándolas de los vientos salinizados que vienen del mar y para ello el maguey del ágave podría ser un tallo modificado. Escribe:
“Pareciera como que sus astas -las más elevadas de las plantas xerófilas de las regiones cálidas- buscaran entre las corrientes aéreas que obviamente se desplazan un poco por encima del suelo reverberante la humedad que no pueden proporcionarle ni la lluvia ni el agua del subsuelo (habría que agregar la salinidad); si así fuere, no habría otra explicación para el desarrollo inusitado, de este vástago que una compleja adaptación del vegetal a las condiciones adversas del ambiente, modificando una estructura primigenia ya superada. Esta posible reacción ecológica podría ser suscrita luego de un examen objetivo del microclima de esas áreas y de una secuencia fotogénica que descubra su evolución orgánica”. (Cortés, p.234)
No es inapropiado considerar que no obstante que la descarga salitrosa cae continuamente sobre los suelos cocuyeros, las lluvias, por su parte, lavan el terreno haciendo insuficiente la dosis de salina que el ágave necesita para su desarrollo durante los 7, 8 o nueve años en que este transcurre, en sustitución de lo cual la planta busca en el ambiente la cantidad suficiente de salitre produciéndose de ese modo el crecimiento necesario de su vástago o maguey.
En Lara pueden señalarse, a manera de ejemplo, los siguientes sitios donde el ágave no se desarrolla suficientemente para su destilación:
1. Yay, en el municipio Andrés Eloy Blanco, terrenos altos, topografía escabrosa, temperatura a la medida de las exigencias, índice de humedad probablemente la exigida pero el ágave que allí se produce no llena las condiciones para la destilación de una bebida de calidad.
Continúa…