Whatsapp es el servicio de mensajería por internet líder en la actualidad. Es digno de destacar la evolución que está teniendo la conocida aplicación, pues en abril de 2014 llegaban a los 500 millones, llegando a los 600 millones tan sólo 4 meses después. Volvieron a subir en 100 millones a primeros de 2015, con lo que en tan sólo 8 meses del presente año, han vuelto a subir 200 millones de usuarios, llegando ya a los mencionados 900 millones.
Si bien otras aplicaciones similares no presentan números tan elevados, como por ejemplo:
- Facebook Messenger: 700 millones
- WeChat: 600 millones
- Skype: 300 millones
- Line: 211 millones
Hay otras como son Hangouts y Telegram, cuyas cifras se alejan bastante de las anteriores, lo que nos hace pensar en dónde está la clave del éxito.
¿Por qué una aplicación que, a pesar de no parar de añadir nuevas funcionalidades, sigue estando adelantada ante la competencia? ¿Por qué una aplicación de la que constantemente hablamos de que su seguridad es mejorable es la más exitosa del mercado?
Quizá la respuesta a todo esto sea simple: los usuarios son imprevisibles.
No siempre será la mejor app la que triunfe, no siempre será la app con más publicidad la que se convierta en líder. Será la aplicación que mejor sepa adaptarse al mercado y a las nuevas circunstancias que surjan.
Quizá otra de las claves sea el hecho de que no paran de hacer actualizaciones (menores, pero actualizaciones), lo que hace que el usuario sienta que no están ante una app que pueda extinguirse.
Por todo ello, hay que pensar que el éxito de WhatsApp radica en cómo cuidan la aplicación desde el punto de vista estratégico, aparte de cuidar del éxito que hasta ahora tuvieron. Aunque es cierto que no pueden relajarse si quieren continuar siendo el número uno.
Lo más probable es que sea más temprano que tarde cuando WhatsApp llegue a la asombrosa cifra de 1.000 millones de usuarios en el planeta. ¿Lo conseguirán antes de final de año?