La Divina Pastora lucirá un nuevo vestido el próximo 8 de septiembre al conmemorarse el día de la Virgen María. La confección ha sido realizada por Luisa Lizardo y sus alumnas del taller de costura y confección.
El color verde en representación de la esperanza y blanco en nombre de la paz, fueron los elegidos para vestir a la madre de Dios. La tela blanca fue traída desde Estados Unidos y fue una donación realizada por una feligresa.
Lizardo expresó que la intención de confeccionar la pieza fue espontánea, a lo que se le añadió la donación de la tela la cual fue el punto inicial para elaborar el vestido. Posteriormente fue elegida la tela verde manzana tipo shantu, color que fue elegido “por la misma virgen” según expresa la confeccionista.
Al menos 15 mujeres han participado en la elaboración del traje desde hace un mes. Las integrantes del curso de diseño y confección dictado por Luisa Lizardo impregnaron el vestido con los conocimientos adquiridos.
El padre Rafael Chávez, párroco de Santa Rosa, aprobó la ofrenda realizada por el grupo de creyentes que anteriormente había sido rechazada.
El traje está compuesto por diversas piezas, presentando la camisa y falda de forma separada. De igual forma fueron confeccionados los otros componentes como el cojín, el traje del Niño Jesús, escarpines y zapatos de la Divina Pastora.
El costo del vestido ha sido costeado por sus mismas confeccionistas quienes aseguran hacer el traje por la fe que tienen por la virgen y como forma de agradecimiento por todas sus bendiciones.
Aseguran que los colores que llevará la virgen representan lo que necesita Venezuela: paz y esperanza. Así como esperan que la Divina Pastora sea recordada durante todo el año y no solo el 14 de enero.
La entrega del vestido se realizará el día sábado. Miembros de la iglesia se encargarán de vestir a la virgen para que luzca su nueva vestimenta el día de la Virgen María.
Trayectoria
Luisa Lizardo Lara desde el 2004 ha realizado dos vestidos para la Divina Pastora. Uno de ellos para la exposición de la virgen realizada durante ese año en conmemoración de los 100 años de EL IMPULSO.
Lizardo además de confeccionar un nuevo traje junto a sus alumnas, se ha encargado de restaurar otras vestimentas de la virgen que se encuentran deterioradas.
De igual forma ha decidido crear portatrajes para cada uno de los vestidos, de manera que sean identificados fácilmente y se mantengan en el tiempo.