El papa Benedicto XVI se declaró «profundamente apenado» por el grave accidente en la refinería de Amuay, Venezuela, y dijo que ofreció «sufragios al Señor por el eterno descanso de los fallecidos», informó el martes la oficina de prensa de la Santa Sede.
El telegrama fue enviado al arzobispo de Cumaná y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Rafael Padrón Sánchez, por el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
Benedicto XVI expresa su «paternal cercanía a los heridos», alienta a toda la comunidad civil y eclesial de Venezuela «a prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a cuantos han perdido sus hogares o sus bienes personales».
Con estos sentimientos «imparte a los afectados y a cuantos les socorren la reconfortante bendición apostólica, como signo de afecto al querido pueblo venezolano», concluye el telegrama.
La explosión ocurrió en la madrugada del sábado a causa de un escape de gas que provocó inicialmente el incendio de nueve tanques de combustible que dejó 41 muertos y 151 heridos.