Familiares de pacientes recluidos en el Hospital Central Antonio María Pineda, prefieren dormir en las afueras del centro asistencial y no en la Sala de Espera Divina Pastora, inaugurada hace cinco años.
La excusa que dan es que están más cerca de los pacientes, que allí están pendiente si los llaman o no.
José Miguel López, tiene a su familiar desde hace dos meses hospitalizado, estaba en lista de espera para ser operado y el día de ayer lo intervinieron. Asegura que son dos pases que dan por pacientes, para dormir en las butacas, por control deben anotarse, él suele dormir en los asientos de abajo, porque no le gusta hacerlo arriba.
López comenta que en los dos meses que tienen pernoctando en el principal centro asistencial la atención ha sido buena, tienen seguridad.
Zaida Terán, viene de Acarigua, estado Portuguesa, indica que en las noches son muchos las butacas que quedan vacías porque a las personas no les gusta quedarse allí, la mayoría de personas coloca sus colchonetas en la parte de abajo, porque están pendiente de la pantalla, porque es de noche o madrugada, cuando más llaman a los familiares para solicitar algún tipo de medicamentos.
La dama indica que tienen doce días en el lugar, asegura que la sala de espera no cuenta con un baño adecuado para asearse, deben buscar agua y con un tobito, darse un baño.
En mal estado
Mediante un recorrido realizado por la sala de espera, se evidenció que la misma estaba limpia, el personal atento para las atenciones, los únicos baños que están en funcionamiento son los de la parte de abajo, por el que cobran 5 bolívares. En la parte de arriba se contabilizaron 44 sofás camas, todos en mal estado, así como dos pantallas planas, ninguna en funcionamiento, una de ellas con la pantalla rota, así mismo algunas de las barandas de la parte de afuera, están agarradas con alambres.
En el 2010, cuando se inauguró la sala de espera contaban con 180 butacas, para el 2013 en unas declaraciones dadas a EL IMPULSO ya se hablaba de 50 butacas.
En está oportunidad José Antonio Ríos, Cristian Ramírez, ambos coordinadores, de la sala Divina Pastora, indicaron que cuentan con 99 sofás y que un lote fue enviado a reparar.
De la misma manera indicaron que las reparaciones en los baños de arriba, donde se encuentran las duchas, ya se están gestionando a través del Gobernador Henri Falcón. Aseguran que a diario se benefician 250 personas de esta sala.
