El boletín epidemiológico se creó en 1938. Dicho informe contempla 72 enfermedades, entre endémicas y epidémicas.
Se trata de 52 semanas epidemiológicas, sin embargo, se desconocen las estadísticas oficiales desde el 1º de noviembre de 2014, cuando el Ministerio para la Salud restringió su publicación.
El boletín se divulgó hasta la semana 44 del año pasado. La información sería sustituida por ruedas de prensa, hasta ahora, no se ha producido ninguna.
Este hecho, según los especialistas, retrasa la prevención, respuesta y acción ante cualquier epidemia. Se ha dicho que las estadísticas particulares cuadriplican las cifras oficiales; ningún ente oficial niega o afirma tal hipótesis.
Al parecer, el boletín sí se produce, en función de los datos que cada Dirección de Salud Regional envía al Ministerio, no obstante, se engaveta.
Aunque se viola el derecho a la información, establecido en la Carta Magna, se sabe de casos de malaria, varicela, VIH y escabiosis. También, se reportan casos de chicunguña y dengue.
Extraoficial
Se ha obtenido cierta información extraoficial, la cual refleja lo ocurrido hasta agosto de 2015 a escala nacional.
Se habla de 33.000 casos de varicela (lechina), 70.000 de malaria y 13.000 de chicunguña, aumento de personas con VIH y considerable presencia de escabiosis, según la doctora María Yanes, expresidenta de la Red de Sociedades Científicas, quien sostiene: “aquí lo que vale es la información epidemiológica oficial, la cual desconocemos. La única explicación es que no se quieren reconocer las cifras reales de las enfermedades que causan mayor impacto en la salud pública”.
El gremio médico, específicamente los epidemiólogos y sanitaristas, deben efectuar un monitoreo constante de las enfermedades que pudieran presentarse en el año y que pudieran generar un brote epidémico, como ocurrió en 2014 con el chicunguña, patología emergente que afectó por primera vez al país el año pasado.
En Venezuela también conocemos el brote epidémico del dengue, pudiéramos estar ante un número mayor de casos en relación a 2014. A la fecha, se desconoce cuántos casos de chicunguña se produjeron el año pasado, expuso Yanes.
Salud en crisis
Respecto a la malaria, se habla de más de 70.000 casos en lo que va de 2015, supera el año anterior.
El dengue, chicunguña y malaria, tienen un gran impacto en la salud pública y hoy en día, se desconocen las cifras oficiales, apuntó la experta.
Destacó el brote de varicela o lechina, hasta la fecha, unos 33.000 casos.
“Todo esto es extraoficial, penosamente. Debe entenderse que la información que proviene del ente oficial es vital, a fin de mantener una vigilancia epidemiológica permanente sobre aquellas áreas de la geografía nacional donde se presenten determinadas enfermedades en un número mayor de lo registrado”.
Precisó que hay algunas patologías que no superan los casos esperados y no generan mayor repercusión, pero hay enfermedades que sí pudieran multiplicarse por la crítica situación en el área de salud y el grave déficit en los tres niveles de atención, específicamente la primaria, es decir, prevención y promoción.
“Carecemos de un sistema de salud público adecuado, que nos permita planificar la salud en sus tres niveles. Si los epidemiólogos no conocen el boletín, no sabrán qué medidas preventivas aplicar”.
¿Y el ciudadano?
Si el venezolano no sabe qué pasa, a qué enfermedades está expuesto, no sabrá qué medidas tomar, en ese sentido, la educación en salud es una variable valiosa. Lo primero que existe en un país, donde de verdad se desarrolle una acertada gestión pública, es la formación de la persona.
Escabiosis
Los casos de escabiosis reportados, resultan insólitos para la defensora del derecho a la salud.
“La escabiosis es sinónimo de hacinamiento, falta de aseo personal, falta de las mínimas medidas sanitarias. La escabiosis habla de un país en retroceso, desde el punto de vista social y sanitario”.
Vale decir que los venezolanos sufrimos ante la escasez de jabón de baño, champú, papel higiénico, toallas sanitarias, jabón azul, desodorante, entre otros.
“Ante el silencio epidemiológico interpretamos que las autoridades no quieren revelar estos indicadores porque dejarán al descubierto la grave crisis de salud que atraviesa el país, la falta de control de las enfermedades que pudieran presentarse y los pocos recursos y materiales para emprender los 14 programas de salud del Ministerio”, concluyó.
Estamos a ciegas
María Esperanza Hermida, coordinadora de Exigibilidad del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), se refirió a varios derechos asociados ante la ausencia del boletín epidemiológico, primeramente al ejercicio de contraloría social previsto en la Constitución, acceso a la información y libertad de expresión.
“El boletín epidemiológico es la base para la formulación de políticas públicas en materia de salud. Con esos datos se diseñan y desarrollan campañas de prevención, en atención a las patologías de mayor incidencia y según la población en riesgo”.
Desconocer las cifras oficiales afecta la distribución planificada de los medicamentos, al momento de combatir enfermedades endémicas.
La información del boletín está directamente vinculada a las campañas de formación de la ciudadanía. La ciencia médica se nutre de información estadística, acota.
“Médicos por la Salud registró con incidencia casos de escabiosis porque no hay agua, no hay medicamentos, no hay productos para el aseo personal; aunado a la condición de pobreza, lo que compromete aún más la salud de la persona.
Un médico de esa ONG aseguró que no podía hacer públicas tales apreciaciones por no contar con el aval de la autoridad sanitaria, aunque ha observado de cerca los casos”.
Hermida, recordó que Provea demandó al Ministerio de Salud ante la omisión del boletín epidemiológico. La respuesta del TSJ fue que dicha información no era relevante.
¿Cómo desarrollas investigación médica si no tienes consolidados los datos de la preeminencia de determinadas patologías?, se pregunta la defensora de Derechos Humanos.
“En prevención, educación, información y formación estamos a ciegas. Vivimos dentro de un cuarto negro con la luz apagada, no tenemos capacidad de prevenir, no sabemos a qué estamos expuestos. Esto es una intemperie desde el punto de vista informativo. No sabemos qué patologías se vienen presentando, ¿si usted no sabe cómo se protege?”.
Los cálculos, añadió, son empíricos al ojo por ciento y sin mayor posibilidad de tener la sistematización que la ciencia le adjudica a la estadística. La consolidación del dato, la localización, el muestreo, entre otros elementos, son obligatorios para levantar un dato válido. Lo cierto es que no tenemos información para prevenir enfermedades”.
El boletín también incide en el cálculo de los profesionales, materiales, recursos, programas y campañas, que se requieran a la hora de prevenir y tratar las enfermedades.
Bajo control
Lo que hubo en Caracas, un presunto brote de lechina, nosotros oficialmente no lo supimos, comentó el doctor Ruy Medina, director regional de Salud.
Hasta ahora, dijo, sabemos que está erradicada la poliomielitis y que la meningitis meningocóccica es mínima.
“El boletín contiene información que todos debemos conocer. Si por ejemplo ocurriera un brote de sarampión en Barinas, me entero a través del boletín y puedo tomar medidas. Colocar un cerco epidemiológico, activar la parte sanitaria, vacunar y hacer campaña. Pero si no conocemos qué pasa, a la hora de una situación, la solución se retrasa”.
Medina reiteró que “tenemos que saber cómo está todo en otras regiones para prevenir y comparar. Según nuestra epidemióloga, la doctora Carmen Torres, el boletín se está reformulando. Debe ser muy difícil, porque ya lleva 10 meses”.
Afirmó que la Dirección de Salud del estado Lara emite semanalmente los datos epidemiológicos.
Apuntó que la variable dengue está en una zona de seguridad; no se han producido más casos de los esperados. Sólo un caso entre julio y agosto. No hay reporte de chicunguña.