Caraota, leche, café, azúcar, múltiples semillas para cultivo y naftalina, fueron algunos de los productos importados a Venezuela en este 2015, ciertos casos en cantidades nunca antes registradas en la historia del país.
Desde principios de año sectores primario y secundario han señalado que existe una perentoria necesidad de que se importe materia prima, repuestos y maquinarias para su operatividad. No obstante, el requerimiento no ha sido atendido.
Sobre este respecto Conindustria, afirma que la industria en el país labora a un 50% de su capacidad operativa, debido, entre varios aspectos, a la falta de materia prima.
Ante tales escenarios ¿es posible exportar? La pregunta fue formulada por múltiples grupos de la sociedad al conocerse, el sábado 14 de agosto, que el presidente de la república Nicolás Maduro, manifestó que se crearía una taquilla única de exportación, a fin de aligerar los procesos. A este formato se sumarían las comunas.
Sobre dicho punto fue consultado el profesor universitario y economista Maxim Ross, quien aseguró que el tema “se ha convertido en retórica repetitiva de todos los años”.
Apuntó que este sería el quinto anuncio de creación de una conformación de este tipo y, por tanto, se trataría de un “retraso burocrático importante en las decisiones del gobierno”.
Por su parte, el también profesor universitario y economista, Luis Oliveros, calificó de “utópico” pensar que Venezuela puede levantar las exportaciones no petroleras con la conformación de una taquilla. En su opinión, para esto es preciso generar confianza, a fin de que haya inversión nacional e internacional.
Calificó dicho anuncio de “politiquero y populista”, a causa del descenso en las exportaciones petroleras, que en 2015 no generarán las divisas previstas; posiblemente ocurra lo mismo en el año 2016.
Ambos expertos sostienen que aún cuando se cree esta taquilla única, se mantendrán problemas más profundos en el aparato productivo venezolano.
Los problemas del exportador
El presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores (Avex), Ramón Goyo, comentó que los problemas en el desarrollo de la actividad no sólo se limitan a llevar la mercancía al muelle y embarcarla, sino que inician con las numerosas regulaciones, licencias y permisos exigidos.
Explicó que en el país existen productos de prohibida exportación que requieren de licencias especiales (trámite que se realiza ante el Ministerio de Comercio y la vicepresidencia de la república), además de permisos del Ministerio de Industrias y certificados de demanda interna satisfecha, cuyas gestiones pueden tardar hasta dos meses y medio.
Advirtió, por tanto, que 50% de los productos de potencial exportador requieren de conformidades de este tipo, lo que a su vez pudiese representar un desestimulo para el exportador, que incluso se ve limitado para la planificación comercial.
En opinión de Goyo, el Estado venezolano debe entonces no sólo crear esta taquilla, sino digitalizar procesos como la certificación de demanda interna satisfecha, y remitir estos a una misma oficina que solicite una única vez los documentos, y no como ocurre en la actualidad, que distintos funcionarios de un mismo ente piden infinidad de ocasiones un requisito que ya fue entregado.
Por su parte, Ross manifiesta que los problemas a los que se enfrentan los exportadores son “sustantivos y muchos más importantes”, los cuales no se resolverán con la conformación de una taquilla como la propuesta.
Advirtió que no son sólo limitantes los trámites administrativos, sino que existen “obstáculos de tipo económico y cambiario”.
Ross agregó que tampoco es posible estimular la exportación, cada vez que el gobierno “pelee y guerree contra los productores privados, que son quienes importan y exportan”.
Un repaso por las exportaciones
En 2014, producto de los retrasos en el papeleo para exportaciones, quedaron varados en Venezuela cargamentos de naranja y ajonjolí, que habían sido destinados al comercio internacional. Al respecto, Goyo comentó que la situación dejó daños y, de no ser así, “al menos se perdió una oportunidad de exportación” y consecuentemente, generación de divisas para el país.
Al consultarle sobre niveles de exportación en Venezuela, apuntó que AVEX sólo maneja cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicadas hasta octubre de 2014. Estas reflejaron que en los primeros siete meses del 2013 se presentó un crecimiento importante. Se calculaban $289 millones mensuales en importación.
Sin embargo, entre agosto y septiembre del mismo año, descendieron, para registrarse ingresos de $184 millones, como consecuencia de la publicación en Gaceta Oficial Extraordinaria 6.143, de restricción de productos para importación y el numeral arancelario de cada uno de estos. Tal cifra figuró en una reducción mensual del 36%.
Hasta octubre de 2014 se registraron $2.100 millones de importación mensual, los índices más bajos de las últimas tres décadas.
Cuando no todo era por petróleo
Respecto a la experiencia en materia importadora Oliveros apuntó que en 1998 el 30% de las exportaciones totales de Venezuela eran no petroleras. Sin embargo, al apreciar el comportamiento del mercado en la actualidad, es posible observar que estas son nominalmente menos de la mitad que las registradas en fecha citada.
Agregó que los sectores exportadores también se han visto reducidos a menos de la mitad, debido a la falta de incentivos.
En su opinión, “el mejor anuncio que podría hacerse para reactivar las exportaciones no petroleras, sería derogar la Ley del Trabajo, cambiar las reglas del juego en las empresas básicas de Guayana y flexibilizar las tasa de cambio”. Se preguntó entonces, por qué actualmente la estatal produce menos de la mitad de lo que registraba 20 años atrás.
Por su parte, Goyo, indicó que según recientes estudios de la oferta exportable de Venezuela, con base en la estructura arancelaria y las estadísticas de comercio internacional, el país exportó al menos un producto de cada capítulo, en un promedio de seis o siete años, en los últimos 30 años.
Esto significa que existe una valiosa diversidad de ofertas exportables y empresas con el potencial y la calidad propios de la actividad.
Participación de las comunas
Respeto a la participación de las comunas en estos procesos, el economista Ross manifestó: “El presidente Maduro, no tiene la más mínima idea de lógica económica, ni de lo que significa un proceso de exportación, cuando quiere vincular una comunidad, con ninguna experiencia productiva, y muchísimo menos de exportación, en un tema tan complejo como este”.
Apuntó que el mundo del comercio internacional es de complejidad productiva, competitiva y de factores superiores a la capacidad comercial que pueda tener una comuna.
En tal sentido, indicó que el anuncio “es político” y sólo intenta presentar una oferta económica, desvinculada del mecanismo internacional de exportación”.
Al consultarle sobre el peligro de suplantar el papel del empresario por una figura como la comuna, apuntó que este se aprecia en la cantidad de colas que se han generado, por intentar cambiar al empresario con mecanismos estatales que “resultan en fracaso”.
“Mercal ya no da la pauta, Bicentenario tampoco y las inmensas colas en mercados públicos y privado, dan cuenta del perjuicio cuando se quiere dañar a un sector que tienen más de 100 años en la producción”.
En su opinión, tal medida concluirá en mayor restricción para las compras, porque tratarán de asumir la actividad económica sin éxito. “Es un absurdo y ya se ha demostrado… Los países que quisieron organizar el aparato productivo y la vida social a partir de comunas, fracasaron”.
Vale acotar que textos que hacen referencia a comunas parisinas comentan que, históricamente, es posible percibirlas como mecanismos de control político de los ciudadanos y para la promoción ideológica.
Planteamiento que también se aprecia en la experiencia China de 1950, que bajo el modelo de comunas, dejó secuelas de desastre y pobreza. El propósito fue controlar la población y aprovechar el trabajo de esta para crear grandes industrias.
Es de destacar que países con economías consolidadas, como China y Vietnam, han revelado la inviabilidad económica de este modelo popular.
Se requiere reactivar la producción
Mientras representantes del sector comercial, como Álvaro Entralgo, presidente de la Cámara de Comercio en Lara, ven con “beneplácito” el anuncio, representantes del medio industrial, como Giorgio Reni Casas, presidente de la Cámara de Industriales del estado, son puntuales al señalar que “sin producción no habrá mercancía para exportar”.
Ambos sectores coinciden el declarar que si bien la taquilla y mejora del proceso permitirían que al país ingresarán más dólares, es preciso el diálogo entre los sectores público y privado, a fin de acordar soluciones a la crítica situación productiva del país.
Entralgo subrayó que se debe dar una mirada hacia el pasado y apreciar aquellos rubros que se exportaban, para ver qué se dejó de hacer y retomarlo, para ingresar dólares al país.
Desde la infraestructura, Reni Casas apuntó que muchos de los productos de exportación, requieren de materias primas básicas, con las cuales no se cuenta ahora.
“También nos piden que exportemos para poder obtener divisas, para importar nuestras materias primas, pero una empresa que en su proporcionalidad de producción no tenga los productos para la exportación, no podrá cubrir sus necesidades en materia prima en dólares”.
Respecto a la modificación del Código de Comercio para la inclusión de comunas a la actividad, como también manifestó el presidente de la república, Entralgo indicó que si bien es cierto que este requiere de modificaciones, es preciso conversar y acordarlas de manera tripartita.
“Que no sea una modificación de un solo lado, como la Ley del Trabajo, que luego se convirtió en un obstáculo, en vez de un facilitador de la producción nacional”.
Apuntó que la reforma parcial data de 1955. Allí reside la verdadera necesidad de reformular sus 1.120 artículos.
Régimen cambiario especial
Goyo apuntó que la conformación de la taquilla nace de una petición formal que, desde hace dos años, realiza el sector exportador a la presidencia, sumado a las recomendaciones hechas por la Organización Mundial de Comercio, a través de una resolución de 2014, también firmada por Venezuela, en beneficio de una simplificación de los procesos.
Sin embargo, la propuesta de los exportadores también comprende la aplicación de un régimen cambiario especial para la actividad. “Nosotros administramos el 60% de los dólares que generamos, y los empleamos para cubrir el componente importado de nuestros productos, el otro 40% lo vendemos al BCV a tasa de Sicad 2, a 52,8 bolívares, según la última subasta… Eso nos genera una distorsión muy grade”.
Apuntó que al tiempo que reciben estos dólares, con el otro 60% deben importar y nacionalizar dicha mercancía a tasa del Sistema Marginal de Divisas (Simadi), cuatro veces más alta de lo que reciben.
En tal sentido, solicitan se les permita administrar el 100% de los dólares obtenidos con la exportación y vender al BCV sólo aquel porcentaje equivalente al componente nacional de su producción, el cual varía de acuerdo a cada caso.
Con esto, asegura que, lograrían un producto de mayor competitividad en el exterior.
Piden que la tasa de cambio a la cual se les vendan los dólares al BCV, refleje la inflación del país.
Igualmente, solicitan que se duplique el capital del Banco de Comercio Exterior (Bancoex), que actualmente es de $150 millones, a objeto de garantizar una mayor liquidez para el financiamiento del sector.