Si en Barquisimeto las colas de las o los jefes de familia para adquirir artículos de la cesta básica, regulados o no, se ha convertido en un drama que ha acabado con la tranquilidad, en el interior del estado Lara es más grave por cuanto los despachos llegan cada día en menores cantidades.
En ciudades como Duaca, El Tocuyo, Quíbor, Carora, Sanare o Sarare, las personas también están obligadas a madrugar frente a los establecimientos comerciales con la esperanza de conseguir unos paquetes de harina precocida de la marca preferida, margarina, azúcar, jabón, papel toalet, toallas sanitarias, caraotas y últimamente arroz, alimento que fue incorporado recientemente a la negra lista de la escasez.
“Anoche me pasaron el dato que hoy iban a vender harina y me vine a las dos a esperar, y aquí estoy, ya van a ser las diez y no he podido comprar”, dijo una mujer en medio de la aglomeración frente a un automercado de la avenida Tricentenaria de Duaca.
¿Y qué espera comprar?
Ahora uno no puede estar con preferencias, se compra lo que se consigue porque de todo hace falta, y este gobierno no quiere hacer nada para volver a los tiempos de antes, respondió la mujer que sólo mdijo llamarse Celina.
La misma situación persistía en la avenida Lisandro Alvarado, El Tocuyo, donde la cola de mujeres y hombres alcanzaba a cerca de un kilómetro.
También allí las asoleadas personas esperaban conseguir harina precocida, el producto más requerido por las familias larenses para las tradicionales arepas.
“A que los chinos están vendiendo caraotas”, gritó un joven en la esquina, pero nadie se movió.
Uno de los integrantes de la cola explicó que esos son falsos rumores para hacer que la gente se retire y de esa forma tener más posibilidades de comprar lo que se busca.
Allí también había personas desde la madrugada, algunos por segundo día pues el anterior, cuando pudo entrar al negocio no encontró nada regulado.
En Quíbor, este jueves, el congestionamiento estaba en las inmediaciones del abasto La Zaragoza, como ha ocurrido en otros días por la fama que tiene de recibir artículos regulados con frecuencia.
Las personas salían con pasta, harina y mayonesa, máximo dos unidades, “para que alcance para la mayor cantidad”, explicaba el comerciante Escalona.
Para hoy se pronosticaba la llegada de rubros regulados a otros establecimientos de la capital del municipio Jiménez.
En Carora, la larga cola es algo normal en la avenida Francisco de Miranda, donde funciona un Bicentenario.
Las personas permanecen en la cola durante horas, bajo los rayos del Sol, “por la necesidad”, como dijo una anciana mientras se quejaba de la falta de solidaridad para las personas de la tercera edad.
Por otra parte, comerciantes de esas ciudades explicaron que a ellos no les llegan las mismas cantidades que a los de Barquisimeto, por lo que deben ingeniárselas para satisfacer al mayor número posible de clientes.
Igualmente pidieron proptección policial o de la GN para neutralizar a los bachaqueros.