-El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) expresó su rechazo contundente contra las agresiones sufridas por ocho periodistas en Valencia, estado Carabobo, mientras daban cobertura a una jornada de la Operación para la Liberación del Pueblo (OLP).
El secretario general de esta organización, Marcos Ruiz, advirtió en nombre del gremio que la acción, dirigida por efectivos militares, se convierte en otra amenaza contra el libre ejercicio del periodismo y la libertad de expresión e información que seguramente quedará impune.
«No es posible que frente a este tipo de ataques, prevalezca la impunidad. No se ejercen acciones ejemplarizantes hacia quienes delinquen en contra de los trabajadores de los medios: en Venezuela no tiene costo alguno golpear, robar, amenazar, secuestrar, desaparecer o herir a un periodista. Nadie paga un crimen contra un periodista», denunció el dirigente sindical.
El hecho en cuestión ocurrió la mañana del martes, cuando se realizaba un despliegue del OLP en el sector Brisas del Hipódromo, al sur de Valencia.
«El equipo reporteril de Venevisión, conformado por la periodista Lisoleth Garcia y el camarógrafo Carlos Bermúdez, fue uno de los primeros agredidos. Bermúdez fue golpeado, su cámara destruida, y fue trasladado al Comando de la GNB Zona 41, donde fue detenido ilegalmente», relató el SNTP.
Por otra parte, la periodista Ketherine Ledo, el fotógrafo Robert Mogollón, y un chofer, del diario Notitarde; el reportero gráfico de El Carabobeño, Rafael Freites, y su conductor; y un fotógrafo del diario La Calle, también fueron detenidos cuando intentaban dar cobertura al procedimiento de la OLP en Carabobo.
«Ledo denunció que fueron trasladados a un punto de control de la GNB y durante más de 40 minutos estuvieron detenidos, siendo hostigados mientras les revisaban el material audiovisual grabado y sus vehículos», señaló el comunicado.
Vale recordar, el pasado mes de julio, cuando comenzó el nuevo operativo de seguridad nacional, efectivos policiales cerraron el paso a la sede de la morgue de Bello Monte a los comunicadores que daban cobertura a las muertes ocurridas en el marco de la acción militar. La restricción se produjo «por órdenes superiores».
