José Gregorio Pérez, salió bien temprano de su casa, en su buseta encava blanca, signada con las placas 03A67ZV, y afiliada a la Ruta 6 con el número 254, se dirigió a su trabajo como todos los días, dio su primera vuelta y dejó los pasajeros en la Vargas.
Pérez se disponía a recoger una segunda tanda en La Carucieña para trasladarse nuevamente a la Vargas y cuando circulaba por la avenida Ribereña, a la altura de la calle 48, se coleó, pues el pavimento estaba mojado, el señor aunque es experto del volante, perdió el control.
Comenta que el volante le daba vueltas y no tenía suficiente fuerza para controlarlo, a la par la unidad agarró una velocidad de más de 100 kilómetros e impactó contra una vivienda del lado derecho. Solo reventó la pared. Un árbol viejo que está allí sirvió de parachoque para que el colectivo no se metiera a la morada.
Mirta Cordero, dueña de la casa afectada, indicó que estaba con su esposa e hija de 12 años cuando escuchó el golpe. Indica que precisamente no corta esos árboles para evitar que un vehículo se meta a su casa. Por fortuna solo fueron daños materiales y no hubo nada que lamentar.