Con música, palabra viva y un corazón generoso, los participantes del Diplomado de Protocolo y Organización de Eventos de la UCLA pusieron en práctica los conocimientos aprendidos en las horas de salón, a propósito de la conferencia La vida es un paseo.
De la música se encargó el grupo Serenata Voice. De la palabra viva, el padre Ricardo Bulmez, y del corazón generoso, cada uno de los estudiantes del Diplomado, quienes entregaron los recursos obtenidos a la Asociación Civil Amigos del Niño Especial, situada en El Cercado.
La actividad se cumplió a casa llena (o dígase mejor, a auditorio lleno) en el Ambrosio Oropeza de la UCLA.
Antes de dar paso al padre Ricardo Bulmez, Manuel Dorante (voz), Gerardo Pernalete (piano y voz) y Juan Aguilar (percusión), también ofrecieron su singular paseo por canciones que invocaban esperanza. Cerraron con un canto de devoción hacia el país, ataviados con chaqueta de Tricolor nacional. El padre Bulmez subió en ese instante al escenario y en abrazo conmovido con los jóvenes, también se vistió de amarillo, azul y rojo en honor al país donde caben todos.
Un gesto generoso
De la música a la colaboración. Fray Marcelino, en nombre de la Asociación Civil Amigos del Niño Especial, recibió el importante donativo, resultado de la venta de las entradas.
Esta obra tiene noble misión: atender a niños y jóvenes con Síndrome de Down, microcefalia, hidrocefalia, espina bífida y retraso psicomotor.
Son 35 jóvenes quienes reciben el afecto y el cuidado en un espacio todavía en construcción que aspira a crecer para ser refugio y centro de rehabilitación, en sus modalidades de guardería y casa granja.
“Yo soy de Coro”
El padre Bulmez tiene el don de la palabra pero también del humor. Sabe que sonriendo (y con una carcajada plena) hasta el no creyente se acuerda de Dios.
En este “paseo” por la vida recordó temas esenciales: que lo más cercano es lo más grandioso.
“Yo soy de Coro, muchas gracias”, expresó no pocas veces, quien veía desde pequeño a sus familiares, inclinarse en señal de respeto y con la señal de la Cruz, ante el altar doméstico, origen de una enseñanza y una gran devoción.
El autor de libros como El arte de combinar el sí con el no y La vida es un paseo, pidió a las parejas cuidar el uno al otro, dejar volar a los hijos y cultivar la felicidad, lo cual pasa por pequeños gestos.
Recordó cuando antes, juntos, ante el único televisor, la vida era sencilla. Se “veían” los programas en el instante del compartir doméstico. Hoy, cada quien con su aparato en el cuarto, deja pasar momentos esenciales. Bulmez, quien convierte el humor en herramienta pedagógica, despertó el niño dormido con cada carcajada y sembró la reflexión necesaria en cada uno de los presentes. Al final, junto a Serenata Voice y un público emocionado, el canto de despedida invocó como una oración el tema La montaña de Roberto Carlos. Juntos, el padre Ricardo Bulmez, asistentes y músicos, entonaron al unísono: “Una vez más, te agradezco Señor por otro día. Te agradezco Señor que el sol nació…”
Bajó el telón pero el padre Bulmez se quedó un buen rato, animado por el grato oficio de la palabra sanadora. Firmó libros, escuchó inquietudes, dejó consejos y se marchó para volver. En Lara siempre es bienvenido.
