La Bandera Nacional es uno de los símbolos patrios que merece todo nuestro respeto como venezolanos y como patriotas, más aún de quienes desempeñan funciones oficiales.
Cuando alguien dispone mantener izado el pabellón nacional, igual que el estadal o municipal, debe preocuparse porque los mismos se mantengan en óptimas condiciones para su exhibición.
Lo ideal es que en aquellos casos cuando la tela es colocada en arterias viales, sobre todo si registran intenso tránsito automotor, sea sustituida periódicamente, o al menos lavarla si lo permite el deterioro en el cual se encuentre.
Nada de eso ocurre con las tres banderas, Nacional, de Lara, y de Palavecino, ubicadas en la redoma de Santa Rosa, antes del puente, que provocan indignación entre las miles de personas que por allí pasan a diario, por el avanzado estado de suciedad en el cual se encuentran.
A tal extremo llega el hollín que les cubre que, en el caso del tricolor patrio, prácticamente no se distingue si las franjas son amarilla, azul y rojo.
La responsabilidad, presumimos, corresponde a la Gobernación, donde debe existir un departamento encargado de corregir tan grave irrespeto a nuestro principal símbolo patrio.
Además, pasando el puente se encuentran otras tres izadas desde hace algún tiempo a media asta, lo cual representa una irregularidad más.