Las estadísticas de los sucesos en la región llenan un renglón más en cuanto a los taxistas asesinados en el estado Lara. Pareciera ser una carrera de nunca acabar. La noche del miércoles, mientras José Manuel González Juares, de 32 años de edad, cenaba en un negocio de venta de perros calientes, ubicado en la avenida Libertador con la Concordia, lo ultimaron de un tiro en el lado izquierdo en el pecho.
07:40 p.m., aún temprano, empezando la noche y terminando la vida del hombre, que se desempeñaba detrás del volante desde hacía unos años y con cuyas ganancias mantenía su hogar, el cual estaba ubicado en la urbanización El Trigal del municipio Palavecino.
Según los propios vecinos de la zona, la zozobra es parte de ellos, pues temen salir a cualquier hora porque la delincuencia hace de las suyas en cualquier momento, “cuando menos lo esperamos.
Ni hablar en horas nocturnas que esto es tan oscuro y a pesar que hemos hechos llamados a Corpoelec en reiteradas oportunidades, sin incapaces de venir aunque sea a ver lo que pasa”, respondió una mujer que prefirió no delatar su nombre, ante las interrogantes de los periodistas en el lugar.
Del hecho no se conocieron mayores detalles, al parecer, el muchacho iba a comer cuando fue interceptado por unos sujetos quienes le despojaron de su vehículo Chevrolet Aveo, de color azul, y a resistirse le dispararon.
González Juares, es el primer taxista asesinado del mes de agosto y el quinto en el segundo semestre del año 2015.
Iba a robar a un guardia
En otro hecho ocurrido la noche del miércoles, fue asesinado Darwin José Cordero, de 28 años, quien se encontraba con otros dos hombres, frente al liceo Eleodoro Pineda, de Barquisimeto, cuando vieron a un hombre junto a su carro Malibú, al parecer este les manifiesta que no lo fuera a robar, que se encontraba ahí porque su carro se había accidentado.
Los antisociales se aprovecharon de la situación, se alejaron un poco y sin mediar palabras abrieron fuego contra el hombre que tenía el carro accidentado pero no sabían que él también estaba armado, pues llevaba consigo su armamento con porte, ya que, se trata de un Guardia Nacional jubilado y disparó de igual manera para resguardar su vida, logrando impactar a Cordero. Los otros dos se dieron a la fuga.
Posteriormente, trasladaron al hombre de 28 años hasta la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, a donde o ingresaron, sin signos vitales.