De forma violenta, dos sujetos que se identificaron como funcionarios del Cicpc le quitaron la vida a Hendrick Joseph Pineda González (21). El crimen se consumó delante de su esposa que tiene 9 meses se embarazo y su pequeña hija de 2 años.
González Pineda salió en la mañana con su madre Yirma Castillo, ellos estuvieron en el mercado y a horas de mediodía retornaron a su hogar, ubicado en el kilómetro 8, sector La Virgen II de Pavia Abajo. El segundo de sus cinco hijos le dejó unos pantalones para que le lavara y se fue a su casa a almorzar.
El reloj marcaba las 2 de la tarde, cuando de forma repentina apareció un vehículo que fue descrito por algunos testigos como un carro de marca Fíat dorado, del mismo se bajaron dos sujetos armados, e ingresaron al rancho de zinc que está al final de la calle. Ellos apuntaron a Pineda González y se identificaron como funcionarios del Cicpc, él inmediatamente le dijo que se estaban equivocando de persona, que no era a quien buscaban.
Uno de los sujetos sin que les temblara el pulso disparó a la humanidad del joven en tres oportunidades, uno en la región escapular izquierda, un disparo en la espalda y otro en la cabeza que acabaron con su vida.
Los hombres cometieron el crimen delante de su esposa e hija. Ellos abordaron el vehículo y se fueron, al salir del sector iban con sus armas en las manos. Algunas personas indicaron que eran unas pistolas grandes y al parecer tenían súper peine.
El joven quedó tendido en el piso boca abajo, estaba solo en pantalón blue jeans, sin zapatos y no cargaba franela. Alrededor de su cuerpo y dentro del rancho quedaron regadas tres conchas.
El sonido avisó la tragedia
Yirma Castillo, ahogada en llanto, manifestaba que le habían arrancado el corazón, no sabía cómo iba a vivir sin su hijo. Le decía a los presentes que el dolor era tan grande que no sabía como explicarlo.
La dama entre llantos comentó que al escuchar el sonido de las balas que fueron de tres a cuatro detonaciones presintió que algo malo pasaba y de inmediato le avisaron que era su hijo a quien habían baleado. “Mi hijo era una buena persona, llevaba tres años trabajando como mecánico en un taller ubicado en Pavia, eso fue que confundieron pues el nunca había tenido problemas con nadie”.
Comentó que hace dos meses sostuvo una discusión con un sujeto que trabaja en una tornería llamado Erick, ese hombre en esa ocasión lo apuntó con una escopeta pero no pasó a mayores, por ahora no sospecha de nadie.
Con la muerte del mecánico quedan un varón de 3 años y la niña de 2 años huérfanos, además deja a su esposa con 9 meses de embarazo.
Karina Peraza Rodríguez
Foto: Billy Castro
