Más de 2.000 migrantes murieron en lo que va de año al tratar de cruzar las aguas del Mediterráneo rumbo a Europa, un balance de víctimas que supera el del mismo periodo de 2014, cuando fallecieron 1.607 personas.
«Por desgracia, este fin de semana hemos alcanzado una cifra superior a los 2.000 migrantes y refugiados fallecidos» en 2015, declaró Itayi Virri, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en Ginebra.
La organización también indicó que desde enero llegaron unos 188.000 migrantes a Europa, sobre todo a Grecia e Italia, a través del Mediterráneo, y vaticinó que pronto se alcanzará la cifra simbólica de 200.000 personas.
Unos 97.000 migrantes y refugiados alcanzaron las costas italianas y cerca de 90.500 llegaron a Grecia.
La ruta que lleva del norte de África a Italia fue la más mortífera con 1.930 fallecidos, frente a las 60 personas que murieron al intentar llegar a Grecia, generalmente desde Turquía. Esta diferencia se explica por la menor distancia entre las costas turcas y las islas griegas.
El deceso de 19 migrantes en el Canal de Sicilia el pasado fin de semana se sumó a este balance, precisó la OIM. Catorce de esas personas, cuyos cuerpos fueron trasladados al puerto siciliano de Mesina, murieron de agotamiento y sed, después de que utilizaran el agua potable para enfriar el motor del barco en el que viajaban, según los testimonios recogidos por la organización.