El Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys) de Venezuela, invitó a Catalina Lobo-Guerrero, comunicadora social colombiana, de la plantilla de la revista Semana, para que dictara el Taller sobre Técnicas de Periodismo de Investigación en la ciudad de Barquisimeto, en alianza con el diario EL IMPULSO, lugar donde se realizó este enriquecedor encuentro.
Quienes deseaban participar debían postularse al llenar una planilla que aparecía en el link que publicaron en su página facebook (Ipys Venezuela), como también en la cuenta twitter @ipysvenezuela y en las páginas de este rotativo.
De los postulados sólo escogieron veinticinco periodistas que propusieron interesantes temas de investigación, para así conformar un variado grupo de participantes de los diferentes medios de comunicación del estado Lara y docentes en el área de la Comunicación Social.
El taller fue interactivo, porque los participantes expusieron sus temas a investigar, así como las dudas que tenían sobre cómo realizar este tipo de trabajo periodístico.
En principio, Lobo-Guerrero recalcó que el periodismo de investigación busca “destapar o poner en evidencia alguna situación oculta que sea de interés público”, siendo la especialización más exigente, cuyas características claves son la rigurosidad, perseverancia, verificación de la información y las fuentes, así como una dedicación de tiempo importante.
“No es el periodismo glamoroso ni fácil, presenta muchos obstáculos por los cuales no se debe perder la paciencia. Además, requiere de meses o años de investigación”, explicó.
Destacó que la misión de periodista es informar, como también ser contralor social, de allí que sea capaz de poner la lupa sobre aquello que no esté funcionando como es debido, sobre todo cuando existe una época electoral, porque de allí los lectores podrán darse cuenta de las irregularidades que se presentan en las instituciones públicas.
Cabe destacar, que aunque muchas investigaciones periodísticas se enfocan en corrupción de altos funcionarios del Estado, así como en el crimen organizado y narcotráfico, también se han destapado casos de corrupción en empresas privadas. En este sentido no existe un límite a la investigación, siempre cuando afecte a intereses públicos, porque cuando sólo influye en una persona o interés particular no sería un trabajo periodístico de esta índole.
Sigilo y prudencia
La ponente destacó que publicar investigaciones realizadas por otras personas, quienes entreguen a los periodistas sus descubrimientos, no puede llamarse periodismo de investigación, más bien se le conoce “periodismo de filtración”, puesto que el comunicador social no corrobora cada uno de los documentos o conclusiones a los cuales llegó esta fuente (vocero), sólo las hace públicas.
Ahora bien, para realizar una investigación periodística debe existir una metodología, como dijo Catalina Lobo-Guerrero, donde se establezca una hipótesis; además, el investigador debe manejar ciertas herramientas periodísticas, como también conocer los aspectos legales que están a su favor y en contra, sumado a los aspectos éticos que regirán su pasión al determinar hasta dónde llegará, cual será la disposición, qué estará dispuesto a hacer y lo que nunca hará.
El periodista debe conocer la alta responsabilidad a la cual se enfrenta en cuanto al manejo de las fuentes, su seguridad personal y del resto de los implicados en su investigación.
“También debe manejarse con sigilo y prudencia, no puede andar diciendo que investigará de un tema, porque otra persona se puede adelantar y sacar a la luz la información, o también podría llegar a los oídos de las personas públicas implicadas, quienes buscarán la manera de evitar que se realice tal estudio”, precisó Lobo-Guerrero.
Diferencias con el diarismo
Catalina Lobo-Guerrero detalló las principales diferencias entre el periodismo cotidiano y el de investigación. En el primero los acontecimientos imponen la agenda, la exhaustividad es limitada, tiene un tiempo limitado, un enfoque noticioso y la responsabilidad se diluye.
También puede convertirse en un juego de ping-pong, en el sentido que una persona hace una denuncia, la cual es desmentida por el afectado, y luego continúan los dimes y diretes de parte y parte.
Con el periodismo de investigación el comunicador social maneja su propia agenda, mientras más tiempo le dedique mayor será el acceso a la información y la calidad de la misma. Existe un riesgo de inversión fallida, es decir, puede ser que no compruebe su hipótesis o no consiga los documentos o fuentes que corroboren el hecho, lo cual terminaría por tirar a la borda la investigación.
“Se debe tener un rompecabezas completo, contrastar cifras, verificar datos, analizar y sistematizar la información, es conclusivo y la responsabilidad total recae en el autor o autores de dicha investigación”, dijo Lobo-Guerrero.
Diversidad de temas
Entre los temas que se manejan está: corrupción, salud pública, derechos humanos, lavado de dinero, Presidentes, gobiernos locales, trata de personas, instituciones deportivas, poderes, empresas, narcotráficos y crimen organizado, investigaciones históricas, medio ambiente, contrataciones públicas , terrorismo, entre otros.
Una amplia gama de áreas que supondrá riesgos para el periodista, trabas para conseguir la información, y decepciones, pero cuyo motor seguirá prendido cuando exista indignación por las injusticias que afecten al colectivo, porque éste será el primer impulso por hacer que la verdad salga a flote, a pesar de que muchas veces las personas implicadas no obtengan ninguna condena, sanción o repercusión en sus actividades ilícitas.
“Nosotros como periodistas no somos fiscales, abogados, jueces, nos dedicamos a hacer la investigación y publicarla, de allí a que se establezcan responsabilidades a los protagonistas de los hechos hay un trecho, en la mayoría de los casos no hay sentencias”, indicó Lobo-Guerrero.
No obstante, la sanción moral y la credibilidad que pierde el funcionario, narcotraficante o persona implicada en un hecho escandaloso o censurable son innegables, porque al final serán los lectores o televidentes quienes sacarán sus propias conclusiones, en este caso por las pruebas que el periodista presente en su exhaustiva investigación
Fotos: Billy Castro/Emanuele Sorge