¿Qué está comiendo el venezolano? Los alimentos populares se han encarecido y otros rubros han desaparecido de los anaqueles.
A dicha situación se le suma el valor de la Canasta Básica Familiar, la cual supera los 40 mil bolívares, según el Cendas-FVM y una ascendente inflación que golpea cada vez más el bolsillo de los ciudadanos.
En consecuencia, el venezolano se ha visto en la necesidad de modificar sus hábitos alimenticios.
La dificultad para adquirir los alimentos, la escasez, el desabastecimiento e incremento de precios, está impidiendo una adecuada alimentación y sana nutrición de los venezolanos, quienes reducen el consumo de proteínas para sustituirlo por granos. Ocurre que actualmente un kilo de caraotas, por nombrar un rubro, cuesta 500 bolívares el kilo.
Ante el encarecimiento, los productos más baratos, como los huevos y la sardina, representan la primera opción, sin embargo, un cartón de huevos alcanza los 500 bolívares y una lata de sardina los 140 bolívares. La pasta y la harina de maíz son, hoy en día, alimentos limitados.
La seguridad alimentaria está amenazada, expone Gisela Vielma, nutricionista y dietista del Ramiral Centro Médico.
“Si la disponibilidad de alimentos se encuentra por debajo de lo normal, además que la mayoría son importados, se ve amenazada la seguridad alimentaria de la población”, explica.
Indica que ante este escenario la dieta diaria del colectivo dependerá de la variedad de los productos, acceso y estabilidad de los precios.
“Actualmente, modificamos nuestra dieta a diario, según lo que encontremos en las redes de mercados populares o privados. Habrá días que consumiremos las cantidades de nutrientes necesarios y otros días sólo cubriremos los requerimientos diarios calóricos, a partir de carbohidratos y grasas, siendo los más afectados los niños, mujeres embarazadas y cualquier persona que tenga comprometida su salud”.
-¿Por cuáles alimentos sustituir los que no se consiguen?
-Al tener bien claro los grupos de alimentos se hace más fácil encontrar un sustituto. Si no consigo carne, lo podemos sustituir por huevos, si no conseguimos leche, la sustituimos por yogurt, por ejemplo. No obstante, en momentos de crisis e inflación estos productos elevan sus precios, pudiendo amenazar el consumo de proteína diario de los integrantes de la familia. Una buena alternativa es hacer mezcla de dos leguminosas como caraotas con habas o caraotas con lentejas o lentejas con quinchoncho, de esta manera aseguraremos un consumo adecuado de proteínas.
-Quien no podía comprar carne, pollo o pescado compraba los alimentos populares, pero aumentaron muchísimo, ¿qué alternativas quedan?
-Debido a la escasez e inflación el venezolano ha tenido que ajustar su alimentación diaria. Consume productos con alto contenido calórico como las harinas y las grasas, dejó de lado los alimentos proteicos como las carnes, leches y huevos, redujo considerablemente el consumo de frutas y vegetales.
-Las frutas por su parte también están costosas, es posible sustituirlas?
-El sustituto de una fruta es otra fruta. Al momento de hacerlo podemos escoger la más barata del mercado. Una manzana verde que no se consigue o su precio excede el presupuesto, se sustituye por mandarina, mango o cambur.
-¿Cómo afecta esta situación la salud de las personas?
-La alimentación de un individuo juega un papel fundamental en su salud. Una inadecuada nutrición por exceso de grasa y carbohidratos puede generar obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares. En el caso de mala nutrición por déficit de alimentos se produce desnutrición, bajo peso y talla en preescolares y escolares, déficit de atención, enfermedades renales entre otras.
-¿Estaríamos en presencia de una generación desnutrida?
-Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se deben procurar cuatro condiciones para garantizar la seguridad alimentaria de un país las cuales son adecuada oferta o disponibilidad de alimentos, estabilidad en la oferta, acceso a los alimentos o capacidad para adquirirlos y calidad de los mismos. Ninguna de estas condiciones se están garantizando en nuestro país, por lo tanto, el venezolano no posee seguridad alimentaria y se puede inferir que las nuevas generaciones tendrán un alto riesgo de desnutrición por déficit.
-¿Cómo están los niveles de obesidad actual?
-No tenemos estadísticas nacionales actualizadas, sólo podemos referirnos a los estudios realizados por la Organización Intermon Oxfan, la cual menciona que para 2014 Venezuela ocupaba el décimo lugar a escala mundial.
Alimentación regular
La población venezolana se esta alimentando regular porque consume más carbohidratos, opina Ana Teresa Parra, coordinadora de Nutrición y Dietética de la Dirección de Salud en Lara.
Expuso que una dieta balanceada debe contener alimentos proteicos (pollo carne de res, pescado, huevos, vísceras como hígado o molleja), frutas y vegetales; carbohidratos (arepa, pan, granos tubérculos ).
Ante la escasez de alimentos Parra recomienda sustituir la carne por proteínas de tipo vegetal como la soya acompañada de vegetales, pulpa de cerdo o chivo.
Igualmente, propone combinar vegetales, los cuales se pueden preparar de diversas formas (pastel de calabacín, chayota, berenjena, zanahoria, con trozos de queso).
Aconseja el consumo de semillas de auyama y ajonjolí, las cuales son ricas en minerales y vitaminas. Se pueden agregar a las sopas o ensaladas.
“La yuca, el plátano verde, ocumo y topocho, proveen algunos minerales y fibra”.
Parra asegura que ante la escasez lo más importante es aprender cómo nutrirse, dándole buena utilidad a lo que se tiene.
“Utilizar los vegetales para rendir el pollo y los huevos. Ser creativo en la preparación de los alimentos para aprovecharlos en su totalidad.
Las frutas, dijo, pueden sustituirse por jugos de papelón con limón y pepino con limón.
“Las consecuencias de esta situación son presencia de sobrepeso y obesidad, aumento de las enfermedades cardiovasculares y enfermedades endocrinas metabólicas. De continuar la escasez se tendría a futuro una población con déficit de peso y talla. Actualmente, se atienden cantidades bastante significativas de niños y adultos con sobrepeso y obesidad”.
Una dieta balanceada
Una alimentación balanceada significa consumir productos de los tres grupos de alimentos en cada comida.
Carnes, lácteos y huevos, son alimentos de origen proteico; las frutas y vegetales aportan vitaminas; los cereales, leguminosas y tubérculos aportan carbohidratos y proteína vegetal. Los productos grasos se usan como complementos calóricos. Consumir un alimento de cada grupo en todas las comidas asegura los requerimientos calóricos y los nutrientes diarios, explicó Vielma.
Asegura que en momentos de escasez se debe planificar la alimentación semanal de la familia, haciendo un listado de los alimentos y sus sustitutos.
“Comprar frutas u hortalizas que estén en temporada es otra alternativa, se pueden preparar conservas o sencillamente congelarlas”.
Otra opción es las preparación de alimentos “potajes”, consiste en colocar una cantidad pequeña de carne, pollo o cerdo, mezclados con dos tipos de granos o cereales.
La especialista recomendó establecer prioridades, velar por la alimentación del preescolar, escolar o mujer embarazada, asegurarles una ración adecuada de proteínas diarias.
“Debemos asegurar que el consumo de carbohidratos no excede el consumo diario permitido ni basar la alimentación en cereales, harinas de cereal o grasas exclusivamente”.