El segundo partido fuera de casa para el Deportivo Lara fue una copia al carbón del primero. En Caracas ganaba 2-0 al final del primer tiempo y terminó con un empate a dos goles. Y hace dos días, frente al Zamora, en el Agustín Tovar de Barinas, también se fue al descanso con ventaja de dos goles, pero en este caso ni siquiera fue capaz de amarrar cuando menos un punto, con el enorme detalle de que encaró el compromiso con un hombre más que el rival desde el minuto 25.
A todas luces, es un equipo muy irregular, de pasajes muy buenos y otros momentos muy opacos. No es un equipo con rendimiento parejo de principio a fin, los 90 minutos, y parece derrumbase cuando lo someten a presión, sin la jerarquía para sobrevivir a situaciones adversas. Solo el caso del juego contra Petare, en la segunda jornada, fue diferente, porque, si bien no fue muy brillante de mitad de cancha para adelante y le faltó rapidez, tuvo la virtud de mantener el cero en el arco y defender la ventaja conseguida al minuto 30. Claro está, debe decirse, Petare tampoco fue un equipo de mucho talento y potencial en ataque, por lo que la tarea de contención resultó más fácil de lo presupuestado.
Zamora, en cambio, por estar en su casa, arriesgó mucho, se fue al ataque con todo y consiguió dividendos. Quizá su fútbol no fue el mejor, pero a fuerza de coraje volteó la tortilla, con un trámite propio de una película. Un equipo con uno menos en cancha y desventaja de dos goles parece liquidado, pero Zamora, ante una endeble defensa rojinegra, no sólo remontó, sino que marcó cuatro goles, lo que, en contraparte, dejó muy mal parado al elenco crepuscular.
Encontrar la regularidad, la capacidad de rendir desde el pitazo inicial hasta el final, es la tarea pendiente, dentro de un club que tiene aspiraciones de llegar entre los ocho primeros de la clasificación para jugar el octogonal y pelear por los dos cupos de Copa Suramericana que entrega el Torneo Adecuación. Cuando no es el ataque, juega mal la defensa o viceversa. Eso es materia para corregir, más aún cuando se avecina un duelo que se antoja duro, frente a Estudiantes de Mérida, que no es la presa fácil de tiempos recientes, porque se exhibe en la cima de la tabla, como colíder con 10 puntos, al lado del Zulia FC.
“Nos equivocamos”
Lo admitió Rafael Dudamel. Su equipo, al verse arriba por dos goles, creyó tener todo en el bolsillo en incurrió en un grueso error. Bajar el pie del acelerador, amén de no saber controlar la presión cuando el club llanero marcó el primero de sus cuatro goles, apenas iniciada la etapa de complemento, para iniciar la remontada.
“Ganábamos y controlábamos el partido bien en el primer tiempo, lo sufrimos los primeros veinte minutos porque Zamora era mejor que nosotros en el último cuarto de cancha. Luego nos vamos al entretiempo con dos goles a favor, con un hombre más y sobramos el partido, nos equivocamos sobrando el encuentro y Zamora nos superó por orgullo, coraje y entrega admirable y nosotros no supimos qué hacer con el resultado”, señaló Dudamel, para agregar que “esto no nos puede volver a ocurrir”.
