En un dramático cierre de las etapas alpinas, el líder Chris Froome prácticamente aseguró su segundo título del Tour de Francia en tres años al afianzarse, por poco, a su ventaja después del máximo desafío de la carrera, al completar una 20ma jornada en Alpe d’Huez ganada por el francés Thibaut Pinot.
El británico de 30 años parecía batallar en la penúltima etapa pero resistió denodadamente ante una arremetida final del colombiano Nairo Quintana, que atacó en varias ocasiones pero no pudo borrar del todo su desventaja de dos minutos y 38 segundos ante Froome.
Quintana lució espectacular en la pendiente final de la estación de Alpe d’Huez en su última oportunidad real para superar a Froome. A base de estallidos de velocidad en el camino empinado y apoyado por frenéticos espectadores, el ciclista de Movistar trató de apoderarse del liderato que el británico de Team Sky fue construyendo cuidadosamente a lo largo de las 19 etapas previas.
Froome está listo para un recorrido más que nada ceremonial a París en la 21ra y última etapa, dado que un trayecto en su mayoría plano ofrece prácticamente nulas oportunidades para sus rivales de remontar.
Pinot ganó la 20ma etapa, pero la mirada de los aficionados estaba en la competencia detrás de él, por el liderato general.
Sin su usual explosividad, Froome apretó los dientes a lo largo de las 21 curvas cerradas mientras su ventaja empezaba a desaparecer, en un intento por limitar el daño. Sólo al final, en un sprint en la estación de esquí misma, Froome se mostró a su máxima velocidad.
«Fue muy duro», declaró.
Su tenaz defensa fue suficiente: la ventaja de un minuto y 12 segundos que aún mantiene sobre Quintana le permitirá coronarse el domingo en los Campos Elíseos de la capital francesa.
«Terminamos el trabajo», dijo Richie Porte, compañero de equipo de Froome.