En un ambiente cargado de camaradería, recuerdos y anécdotas la promoción de bachilleres en Ciencias y Humanidades profesor Francisco Tamayo del liceo Lisandro Alvarado, celebró su 50 aniversario de egresados de la institución pionera en estudios superiores de la región.
A tempranas horas de la mañana, celebraron una misa en Acción de Gracias en la iglesia Inmaculada Concepción y posteriormente se trasladaron hasta la icónica institución ubicada en la carrera 15 entre calles 32 y 33, donde se efectuaron los actos protocolares en el área de Auditorio.
El orador de orden fue el reconocido médico internista e investigador científico Max Sánchez Araujo, quien actualmente está erradicado en la ciudad de Caracas ejerciendo su profesión.
Durante su alocución, manifestó sentirse orgulloso de haber pertenecido a la década del 60, cuando coincidió con el inicio de la era democrática, nacionalización de las industrias y la revolución del conocimiento en nuestro país con la puesta en marcha de las becas Gran Mariscal de Ayacucho, oportunidad de estudio que permitió la profesionalización de los estudiantes en las universidades más importantes del mundo.
“El Lisandro Alvarado me cambió la vida, y significó un salto cuántico en lo que era la educación privada con la pública, pues quien estudiaba la formación oficial poseía mayores conocimientos por excelencia y la visión universal(…) Barquisimeto es una tierra muy particular, es una ciudad donde desde pequeños se aprende a cultivar la amistad y se hacen nexos imperecederos. Eso es muestra de que gran parte de los graduandos de 1965 sigamos siendo amigos”.
“Somos una generación que disfrutó lo mejor de Venezuela luego de la dictadura de Pérez Jiménez, y fuimos catapultados fuera del país con oportunidades de estudio que permitieron nuestro desarrollo profesional. Luego, al volver a nuestro país, compartimos todos esos conocimientos que hoy en día son influyentes en muchos venezolanos”, prosiguió Sánchez Araujo.
Posteriormente, rindieron homenaje y entregaron reconocimientos a los excelentísimos profesores de la promoción: Ana Dilcia Sánchez, Corina Nieto, Graciela de Dellas, Nelly González, Octavio Giménez, Olena de Zavarce, Plácida de Vargas, Tarcila Viloria, Úrsula de Pellegatti y Yolanda de Rojas.
Titánico reencuentro
Dos años tardó el economista Santana Saavedra para localizar a 43 de los 160 graduandos de esta promoción. Sus motivos de fuerza de reencontrarse con sus compañeros fueron fundamentales para coordinar esta actividad.
“Más que todo es rememorar la convivencia de todos. Charlar sobre la situación del país, nuestras anécdotas y recuerdos. Estoy orgulloso de ser lisandrista y de haber pertenecido a una institución que ha aportado grandes personales y profesionales. En esta promoción se encuentran médicos, profesores, músicos, ingenieros, periodistas; entre otros”.
Un periodista en la promoción
El periodista Ernesto Escalona Hernández, quien suscribió por durante 11 años (1981 – 1992) las nobles páginas de este centenario diario, celebró el reencuentro considerando que recuerda la importancia de la educación, valores y ética de los profesores de aquel entonces.
“Es emocionante presenciar un reencuentro 50 años después y observar que esas enseñanzas surtieron efecto importante en las nuevas generaciones.
Esta educación nos dejó un legado maravilloso.
Los actos culminaron con una ofrenda floral ante el busto del epónimo de la institución y un pequeño compartir en las instalaciones del club Apuco.