Los niños son la esperanza de Venezuela. El deporte es prioridad para nosotros. Este tipo de frases son repetidas por dirigentes políticos de la Cuarta y de la Quinta República. Pero son solo palabras porque el deporte en Lara está olvidado. Por lo menos eso pienso, luego de visitar el gimnasio de boxeo del polideportivo Máximo Viloria.
La palabra abandono se queda corta para describir el triste estado en el que se encuentra esta instalación deportiva. Miguel Rivas, atleta de boxeo, me contactó a través de un mensaje de texto y me invitó a constatar el terrible estado en el que se encuentra el gimnasio.
El cuadrilátero tiene la lona rota y le falta la mitad de la goma espuma, las paredes están sucias, se filtra el agua cuando llueve y se hace una laguna dentro del gimnasio. Los baños no funcionan, solo las duchas.
Además de que la instalación está hecha trizas, la delincuencia los ha visitado varias veces. La última vez que ingresaron malhechores se robaron unos sacos. Por lo tanto, el entrenador carga todos los días con los implementos deportivos para no dejarlos en el gimnasio.
Alrededor de 15 niños y adolescentes entrenan allí y se ven afectados por el abandono del lugar. A pesar de que estos niños pertenecen al Club de boxeo Máximo Viloria, ni la Asociación de boxeo ni Fundela se ocupan de darle una mejor cara a la instalación. Varias veces personal de Fundela ha tomado fotografías para registrar el abandono pero finalmente no se ocupan.
Ya en 2012 atletas de boxeo denunciaron en otros medios de comunicación esta misma situación de desidia sin embargo el problema no fue resuelto. A mí me extraña que al actual presidente de Fundela, Telvis Torres, quien se formó en el Máximo Viloria, no le duelan las condiciones en las que se encuentra este gimnasio.
