Durante bastante tiempo, cualquier producto de Apple (o casi) parecía predestinado a llevar el prefijo «i» que estrenó el iMac a finales de los noventa. Ya fuera hardware o software. iMac, iPod, iPhone, iPad, iTunes, iCloud, iBook, iChat, iMessage, iWork, iLife, iWeb, iMovie, iPhoto, iCal, iDVD, iBooks, iSight, iCards…
Durante mucho tiempo, la «i» como prefijo ha sido una forma de identificar a Apple y sus productos. Y en cierta forma lo sigue siendo en el imaginario popular. Míticos son los productos de todo tipo que utilizan esa misma «i» para intentar aparentar, con mayor descaro o no, que están acuñados por Apple o al menos se mueven en la misma órbita cool y alineada con la empresa.
Pero los tiempos cambian y Apple está dejando de usar su famosa «i». Cada vez más, con algunas excepciones de hace ya años como el paso de MobileMe a iCloud. Veamos cómo han evolucionado algunos de los términos anteriores.
- iBook: se descontinuó esta marca para limitarse a los MacBook, y todos sus modelos.
- iChat: pasó a desdoblarse en Mensajes y Facetime.
- iWeb: descontinuada.
- iPhoto: sustituida por «Fotos».
- iCal: renombrada como Calendario.
- iDVD: descontinuada.
- iSight: renombrada (en algunos casos) a «cámara Facetime».
Mientras tanto, varios lanzamientos de Apple han ido llegando durante estos años, y la presencia de la «i» ha sido cada vez inferior. Algunos ejemplos:
- Apple Music
- Apple Watch
- Earpods
- Smart Cover
- Smart Case
- Magic Mouse
- Magic Trackpad
La «i» ya cierra más puertas que las que le puede abrir a Apple
El legado de la «i» es el de tecnología de diseño. Es reproductores de mp3 con auriculares y cables blancos cuando todo el mundo los tenía negros. Es meter 1.000 canciones en un bolsillo cuando era algo revolucionario, y además con un dispositivo bonito. Es el ordenador no-Windows que todo el mundo quería probar pero ni siquiera se tenía claro si se quería tener. Es la primera década del siglo XXI, y eso supone un problema: ya no estamos en la primera década del siglo XXI.
De hecho, ya no estamos en 1998, ni en 2003. Estamos en 2015, el año en el que Apple se ha convertido en la mayor empresa del mundo con los datos bursátiles en la mano. Sus productos ya no pertenecen a un nicho y la marca Apple es universal. No hay secretos en sus productos y el halo de misterio que tenían hace una década ha desaparecido. La «i», en 2015, remite a una época anterior y busca atrapar al perfil tecnológico, un perfil que Apple ya ha captado en buena medida.
En esas está Apple. En difundir sus productos al margen del secreto tecnológico. En una etapa donde la tecnología ya es cómoda, seguramente a Apple ya no le interesa venderse como una tecnológica, sino como algo más.