Gabriel Soto vivió una experiencia bastante especial durante la grabación de la telenovela Yo no creo en los hombres, que llega a Estados Unidos a través de la cadena Univision.
«Es una novela que se contó de una manera completamente diferente, propositiva, arriesgada», dijo en una entrevista telefónica con The Associated Press el actor, quien da vida al abogado Maximiliano Bustamante en el melodrama originalmente transmitido por Televisa.
La historia de María Dolores (interpretada por Adriana Louvrier), una joven que tiene que trabajar para sustentar a su familia y es engañada por su novio, hará que «muchas mujeres se identifiquen» con esa joven entregada, a decir de Soto.
En algún momento María es acusada de un asesinato y Maximiliano la defiende, primero como abogado y después como enamorado.
«Este es el personaje que va a hacer que se le cambie el título a la novela, va a hacer que las mujeres crean en el amor, que crean en los hombres, que crean que hay gente digna, con principios».
Se trata de la primera telenovela de Giselle González como productora independiente y en la pasada edición de los Premios TV y Novelas ganó siete reconocimientos, incluyendo mejor reparto y actriz para Louvrier.
Se hizo sin ayuda de apuntadores. Los actores tenían que memorizar todos sus diálogos, a diferencia de otras telenovelas que para agilizar la grabación de sus escenas recurren a esas herramientas.
«El hecho de trabajarlo de memoria de principio a fin y lograrlo fue una gran satisfacción, el crecimiento actoral de todos fue notorio», dijo el también actor de Un refugio para el amor, Mujer de mader’ y Bajo las riendas del amor.
«Se tejió una telaraña perfecta en donde todos nos encontramos con lo más profundo de nuestras emociones y esto se pudo traducir en la pantalla y es por eso creo que a la gente le gustó mucho este proyecto», agregó.
En septiembre y octubre, Soto planea viajar a Los Angeles, Chicago, McCallen y otras ciudades estadounidenses con la obra de teatro «¿Por qué los hombres aman a las cabronas?», con Araceli Arámbula y Aylín Mujica.
